LA MEZQUITA DE CÓRDOBA


El objetivo principal de una visita a Córdoba lo constituye sin duda su Mezquita, actualmente convertida a catedral. Pero con ello no se agotan los puntos de interés, sobre todo para una ciudad con el prestigio de Córdoba, que en tiempos de los musulmanes alcanzó la capitalidad occidental de los vastos dominios islámicos. La Judería con su bella Sinagoga, el antiguo Alcázar, el Puente Romano, los museos y otros monumentos, justifican, de por si, la prolongación de la estancia en dicha ciudad, si dicha estancia es muy corta. Además, no hay que olvidar que en las cercanías de Córdoba existen importantes yacimientos arqueológicos, como el de Medina Azahara, o muestras ejemplares de la arquitectura civil y religiosa en pueblos y ciudades de la región.

LA MEZQUITA.- Esta en el Barrio de la Judería. Horario de 10:30 a 13:30 horas y por la tarde de 15:30 a 17, de noviembre a febrero. La Mezquita de Córdoba es el monumento más grandioso que han dejado los musulmanes y representa el momento de máximo esplendor del Califato Cordobés. Las fases de su construcción abarcan desde el año 785 a 987, entre los cuales se hicieron varias ampliaciones por parte de los mismos árabes, y del siglo XV al XVI, entre los que se construyó la Capilla Mayor y se hicieron reformas que dieron lugar a la actual Catedral. La primitiva Mezquita de Abd-Rahman I y el llamado Patio de los Naranjos se iniciaron en el año 785 sobre la planta de la antigua catedral visigótica de San Vicente. Por entonces se edificaron once naves, reutilizando capiteles, fustes y sillares del viejo templo. Las naves fueron ordenadas de norte a sur, siendo la central la de mayores dimensiones. Para las columnas se utilizo alabastro y mármol. Los arcos son dobles, de medio punto y de herradura con franjas de color rojo y blanco que trasmiten una sensación armónica de inmensidad y elegancia. El Patio de los Naranjos, que era el patio de las abluciones, fue decorado con naranjos, palmeras, fuentes y arcadas cubiertas, cuyo conjunto invita a un gozoso recogimiento. También vemos en él una fuente barroca de piedra y un aljibe del siglo X. La más elegante de las reformas hechas por los musulmanes fue la de Al-Hakam II, en el 961. El refinamiento de sus arquitectos hizo que se ordenaran las columnas según su color y capitel. Las de mármol rosa con capitel compuesto y las de mármol azul con capitel corintio. Al-Hakam II añadió tres pabellones a la entrada. El Central es el más importante, porque en él se manifiesta el arte islámico en toda su magnificencia. Actualmente este recinto es llamado Capilla de Villaviciosa, junto a la cual los Reyes Católicos construyeron la Capilla Mayor. El pabellón oriental, de estilo típicamente mudéjar, fue reformado en el siglo XIV y corresponde a la Capilla Real de la actual catedral. Finalmente, el pabellón occidental fue totalmente demolido durante las reformas cristianas. Pero del extraordinario laberinto de columnas resalta otro singular recinto, se trata del llamado Mihrab, que servia para indicar la dirección hacia la cual debía volverse el musulmán para hacer su oración. La bóveda del Mihrab está decorada con mosaicos bizantinos policromados y sostenida por arquerías en forma de X. En la fachada, los zócalos son de mármol laboriosamente tallados. Su interior, de planta octogonal, que conserva su suelo original, es pequeño. Almanzor, ministro del califa Hisham II, dirigió la última de las reformas árabes a partir del año 987. Las obras no alcanzaron la magnificencia de las anteriores ampliaciones, ya que por entonces había empezado la decadencia del poder califal. Los muros de estas obras son más delgados, los capiteles más estrechos y la decoración, en vez de ser esculpida, es chapada. De todos modos, se construyeron ocho naves, cuyas columnas son de mármol color violeta y otras de color azul. Los capiteles responden al orden corintio y compuesto. En esta ocasión se amplio también el Patio de los Naranjos y se oriento la construcción hacia el este. Terminadas estas obras, la Mezquita se mantuvo original, hasta que en el siglo XV los Reyes Católicos autorizaron la construcción de la catedral. La catedral fue consagrada templo cristiano en el año 1236, pero la antigua Mezquita permaneció intacta a pesar de la presión de sacerdotes hasta que los Reyes Católicos ordenaron la construcción de  la Capilla Mayor, junto al pabellón central de Al-HakamII o Capilla de Villaviciosa. Un siglo más tarde, durante el reinado de Carlos V se construyó la Catedral propiamente dicha en el centro de la ampliación de Abd-Rahman I. Las obras duraron desde 1523 hasta 1766. Durante este periodo sucesivos obispos y cabildos mezclaron estilo gótico-renacentista y barroco. La Capilla Mayor tiene arcos góticos y bóvedas y ventanas platerescas. El Retablo Mayor fue realizado por el jesuita Alonso Matías en 1618. Hay además otras obras interesantes de arte, como los lienzos del pintor cordobés Antonio Palomino y esculturas de madera dorada de Pedro de Paz. A su vez, en el centro de la Capilla Mayor puede apreciarse una enorme lámpara de plata, realizada por Martín Sánchez de la Cruz. La sillería del coro, tallada en caoba, se debe a Duque Cornejo, quien la realizo en 1785. También son de caoba tallada del más puro estilo barroco, con escenas del Antiguo Testamento, por el francés Miguel Verdiguier, dos pulpitos. Uno de ellos sostenido por la figura de un ángel blanco y el otro llamado del Evangelio, por un águila de mármol negro y un toro de mármol rosa.