ALMONTE, DOÑANA Y EL ROCIO (HUELVA)
Desde la desembocadura del Guadiana hasta la del Guadalquivir la costa atlántica de Huelva sueña un pasado de historia y leyenda y se extiende en amplias playas de arenas blancas enmarcadas por verdes pinares. Ayamonte: situada en la desembocadura del Guadiana, posee un importante puerto pesquero. Alegre, activa y muy comercial. En su aspecto monumental debemos citar la Iglesia Parroquial del Salvador (s.XV), la de Ntra. Sra. de las Angustias (S.XVI) y los conventos de San Francisco y Sta. Clara. La playa de Isla Canela cuenta con múltiples canales, pequeños lagos y amplias playas, hoteles, apartamentos, chalets e instalaciones de lujo. También tiene varios campos de golf. Isla Cristina: es una población marinera, con un turismo que disfruta de un sol espléndido en sus hermosas playas. Se puede practicar la pesca deportiva en la ría de Carreras. También tiene puerto deportivo y un pescaito frito que quita el sentido, os lo juro. Islantilla: moderno complejo turístico con hoteles, apartamentos turísticos, restaurantes, conjuntos residenciales, etc. Dentro de Islantilla, esta La Antilla que esta situada en el termino municipal de Lepe, hermosa ciudad situada en el centro geográfico de la comarca de la tierra llana, famosa en el mundo entero por sus fresas. Así iríamos nombrando cada una de sus playas: Punta Umbria, El Portil, El Rompido, Mazagón, Matalascañas, etc... DOÑANA Para acceder a la comarca de Doñana hay que tomar la autopista de Huelva-Sevilla que la cruza de este a oeste. También se puede llegar desde la zona turistica de Matalascañas siguiendo la carretera hacia el Rocio y por fin Almonte, una de las ciudades más importantes de la comarca, que al igual que Hinojos, participa de esa maravilla de la naturaleza que es El Parque Nacional de Doñana. Aquel se asoma recoleto y blanco por entre un inmenso bosque de pinos. Almonte rondará los 17.000 habitantes, esta situada entre las campiñas vitícolas del condado onubense y las celebres marismas béticas. La horizontalidad, el sol, la luz y la sal marina, han dado a estas tierras el especial encanto de lo sencillamente bello. Viñedos y olivares, encinares y pinos, cotos, dunas, marismas y playas se unen en este rincón fronterizo de la vieja Andalucía, rompiendo los esquemas y estereotipos tradicionales, para ofrecer al visitante un nuevo rostro de lo meridional. Embuido de la salsa del Mediterráneo y Atlántico, se caracteriza por la tranquilidad, la alegria, la calma y la transmisión de un saber vivir de siglos. La villa de Almonte posee un extraordinario patrimonio monumental, donde sobresalen notables edificios como el Hospital del Cristo de la Sangre, la Iglesia Parroquial de la Asunción, Conventos de Santo Domingo y San Francisco de Paula, el Ayuntamiento, asi como el monumento a la patrona de Almonte. Desde siempre Almonte ha vivido de la agricultura, de la ganadería y de los usos tradicionales que su rico patrimonio natural le propiciaba: la caza, el carbón, la piña. Ofrece la posibilidad de cultivar productos que no tienen competidores en el mercado internacional, en base a su valiosa denominación de origen. Los vinos embotellados, el aceite de oliva, los cereales y la ganadería suponen una aportación a la conservación de Doñana. También desde siempre Almonte ha sido un cruce de caminos entre las provincias de Huelva, Cádiz y Sevilla, lo que sin duda debió de contribuir al carácter abierto y hospitalario de sus gentes. La celosa conservación y transmisión de viejas tradiciones, como la Romería del Rocío o la Saca de Yeguas, hace que la villa de Almonte ofrezca hoy valiosos atractivos turisticos para cualquier foraneo. Además de éstas encontramos otras fiestas como son el Carnaval en febrero o la Semana Santa, que llama la atención por sus pasos. Las fiestas patronales se celebran el 29 de junio al 3 de julio y gozan de gran popularidad en la zona. EL ROCÍO La aldea del Rocío está enclavada en el termino municipal de Almonte, de cuya población dista a 15 Km. Esta aldea se ha configurado a lo largo de la historia entorno a la ermita, que a finales del siglo XIII fue erigida con toda probabilidad, por Alfonso X el Sabio, y consagrada a una virgen: Ntra. Sra. del Rocío, cuya devoción hoy se extiende no sólo por toda Andalucía, sino por otros muchos lugares de España e incluso del extranjero. En una fecha variable, pero siempre coincidiendo con Pentecostés, se celebre una fiesta en honor a esta virgen conocida como la Romería del Rocío, donde acuden más de un millón de personas y casi un centenar de hermandades que peregrinan a pie en carretas tiradas por bueyes o a caballo, por viejos y polvorientos senderos hasta concentrarse en la aldea almonteña. Una vez allí, muchos son los actos a celebrar y mucha la participación de los romeros en cada uno de ellos, siendo una verdadera manifestación de fe y religiosidad popular envuelta en un ambiente costumbrista, luminoso y mágico digno de ser vivido. El resto del año, la aldea de El Rocío se ofrece como remanso de paz en las puertas de Doñana, su paisaje diferente según la época del año ofrece panorámicas diversas cuya génesis del cambio está en el agua. Cada domingo desde mediados de septiembre hasta Semana Santa las distintas hermandades rocieras, llamadas filiales, vienen en peregrinación a rendir homenaje y pleitesía a la Blanca Paloma, siendo recibidas por la Hermandad Matriz de Almonte. Durante el verano otra fiesta se celebra en honor a la virgen del Rocío. Se trata en esta ocasión del voto de acción de gracias que el pueblo de Almonte hizo en 1812, tras haberse librado de una sangrienta tragedia durante la invasión francesa en la Villa. Esta fiesta de carácter más local tiene lugar los días 18 y 19 de agosto, conociéndose con el nombre del Rocío Chico. A lo largo de la historia las gentes de Almonte han llevado esporádicamente la imagen de Ntra. Sra. del Rocío hasta su villa, siempre en rogativas por sequías o epidemias o en acción de gracias, costumbre ésta, que desde 1949 se viene haciendo cada siete años, conociéndose como los "traslados" o las "venidas". Por el legendario camino de los llanos entre fantasmagóricos pinares, polvo y hogueras, la virgen a hombros de los almonteños discurre los apenas 15 Km., que separan la aldea de Almonte donde llegan al rayar el alba ante el clamor de gentes venidas de toda España y el estruendo de nubes de salvas de escopetas y trabucos. Además el visitante que acude a pasar unos días en el Rocío no puede olvidar que se encuentra en La Aldea Internacional del Caballo, concentrándose durante la Romería el mayor número de équidos de Europa. Pero el resto del año es muy fácil el alquiler de caballos y coches de caballos en muchos de los centros ecuestres que existen en la aldea, pudiendo pasear por caminos y paisajes únicos. El viajero no puede olvidar tampoco que vivir en El Rocío es vivir en Doñana: la aldea se inserta en el Parque Nacional formando parte de sus ecosistemas, de su mundo y de su historia. GASTRONOMÍA La riqueza gastronomita que encontramos en el termino municipal de Almonte está caracterizada por su gran variedad, todo ello regado por sus excelentes vinos. La gastronomía está mediatizada por las costumbres agrícolas, basada principalmente en un plato fuerte por la noche. Entre sus especialidades más características se encuentra la caldereta guisada fundamentalmente en el campo y en la aldea del Rocío, así como la sopa marismeña, el cocido almonteño y la sopa fresca o sopeao. El conejo es una base importante en la gastronomía de la zona, confeccionándose con él platos tan típicos como son el conejo con arroz y el salmorejo de conejo. La comarca vinícola del Condado se extiende por la llanura del bajo Guadalquivir, desde la divisoria de aguas que marca su afluente el Guadiamar hasta la ría del Tinto, zona de insuperable calidad para el cultivo de la vid, debido a un clima fuertemente influido por el océano. Zalema, Palomino, Listán y Garrido Fino son las variedades de vid que se cultivan en el Condado, estando autorizadas para la elaboración de los vinos protegidos por la "Denominación de origen Condado de Huelva". Bueno amigos creo que ya es suficiente por el momento, aunque estaría horas y horas hablando sin parar de las maravillas de Huelva. |