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EL
ARENAL.- Flanqueado por el Guadalquivir y
protegido por la Torre del Oro, El Arenal era un barrio de astilleros y
polvorines. La blanca y reluciente plaza de toros de La Maestranza, donde se
celebran corridas desde hace más de dos siglos, destaca sobre el conjunto
urbano de la zona, y los bares y bodegas de las calles que circundan el coso se
abarrotan especialmente durante la temporada taurina. Antes esencial para la
vida de Sevilla, la influencia del Guadalquivir declinó al encenagarse en el
siglo XVII. Para entonces el Arenal era un refugio de picaros guarecido al
amparo de las murallas de la ciudad. Trasformado en canal a comienzos del siglo
XX, el río ha vuelto a ser navegable, coincidiendo con la Expo 92, al tiempo
que la ribera este se ha convertido en un paseo arbolado con preciosas vistas
del barrio de Triana y la isla de la Cartuja, situada en la orilla opuesta. El
hospital de la Caridad, cuya iglesia alberga cuadros de Murillo y Valdés Leal,
es significativo de la importancia del periodo barroco. El museo de Bellas
Artes, la segunda pinacoteca de España, cuenta con una magnifica
representación de la escuela sevillana, entre cuyos artistas se encuentran
Zurbarán, Murillo y Valdés Leal. El teatro de la Maestranza y el edificio de
la Previsión Española son, por otra parte, dos buenas muestras de la
arquitectura contemporánea.
MUSEO DE BELLAS
ARTES.- La restauración del
convento de la Merced Calzada ha dado como resultado una de las mejores
pinacotecas españolas. Terminado en 1612 por Juan de Oviedo, el edificio se
levanta en torno a tres exuberantes patios adornados con árboles, flores y
azulejos. El patio principal fue remodelado por el arquitecto Leonardo de
Figueroa en 1724. La iglesia conventual es notable por el techo barroco rematado
con una cúpula, pintado por Domingo Martínez. La colección de pintura y
escultura del museo, que va del medievo a la edad moderna, se centra en los
artistas de la escuela sevillana del Siglo de Oro. Una de las joyas es La
Servilleta, una Virgen con Niño (1665-1668) pintada, según cuentan, sobre una
servilleta; obra maestra de Murillo, puede verse en la restaurada iglesia. La
Inmaculada (1672) de Juan de Valdés Leal se halla en una sala dedicada a la
pintura religiosa del artista. El museo contiene también obras notables de
Zurbarán, como San Hugo en el refectorio (1655), pintada especialmente para el
monasterio de La Cartuja y Visita de la Virgen a Urbano II.
IGLESIA DE LA
MAGDALENA.- Esta inmensa iglesia
barroca diseñada por Leonardo de Figueroa y concluido en 1709 está recobrando
poco a poco su pasado esplendor. A la izquierda de la puerta de entrada se abre
la capilla de la Quinta Angustia, que cuenta con bóvedas mudéjares, único
resto de una iglesia anterior donde fue bautizado Murillo en 1618; la pila que
se usó se guarda en el baptisterio del edificio actual. La fachada oeste de la
iglesia está rematada por un campanario de vivos colores. De las obras
religiosas que encierra la iglesia destacan un cuadro de Zurbarán, Santo
Domingo en Soria, que cuelga en la capilla sacramental y los frescos de Lucas
Valdés, que decoran el techo del templo. En la pared del transepto norte, un
fresco representa un auto de fe medieval. A la derecha del altar mayor se halla
el Cristo del Calvario, tallado por Francisco de Ocampo en 1612.
PLAZA DE TOROS DE LA
MAESTRANZA.- El
famoso coso sevillano, construido entre 1761 y 1881, es posiblemente el más
esplendoroso de España y merece la pena ser visitado. La plaza, rematada por
una magnifica arcada sustentada en columnas de mármol, tiene un aforo de 14.000
espectadores. Las visitas guiadas a este edificio parten de la entrada
principal, en el Paseo de Cristóbal Colón. En el lado oeste se encuentra la
puerta del Príncipe, por la que salen a hombros los triunfadores de las mejores
tardes. Detrás de la enfermería hay un museo taurino con retratos, carteles,
trajes de luces y un capote de brega firmado por Picasso. La visita continua
hasta la capilla donde rezan los toreros antes de salir al ruedo, y los
establos, que albergan los caballos de los picadores. La temporada taurina, que
va desde el Domingo de Resurrección hasta el Día de la Hispanidad, alcanza los
momentos de su máximo esplendor en la Feria de Abril y la Feria de San Miguel,
a finales de septiembre. Junto a la plaza de toros, y remedando su mole
circular, se levanta el austero teatro de la Maestranza, diseñado por Luis
Marín de Terán y Aurelio del Pozo e inaugurado en 1991. La fachada ribereña
se adorna con fragmentos de hierro de la fábrica de municiones que ocupo el
solar en el siglo XIX.

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