COSTA ORIENTAL DE CANTABRIA


La costa oriental de Cantabria se extiende entre la bahía de Santander y la villa de Castro Urdiales en el limite con el País Vasco. Este tramo del litoral es una continua sucesión de acantilados, valiosas zonas de marisma y magnificas playas.

Partiendo de Santander accederemos a Pedreña, localidad en la que se ubica el Real Club de Golf, y donde pueden degustarse sus afamadas amayuelas (almejas muy finas de exquisito sabor). Pedreña conecta a través de un puente con el primer gran arenal de la costa: El Puntal de Somo (donde proliferan los talleres de cerámica) y Loredo, con más de 4 kilómetros de hermosa playa, y en cuyos limites se celebra todos los veranos, un derby hípico que resulta espectacular. De Loredo al cabo de Ajo la costa se hace más agreste, pero se alterna con bellísimas calas como las de Langre y Galizano o Antuerta y Cuberris, ya en Ajo.

Isla y Noja, centros turísticos por excelencia, son los siguientes núcleos costeros, en el primero tienen fama las exquisitas preparaciones de mariscos ( especialmente langostas y bogavantes); en cuanto a su arquitectura, destacan sus tres bellas torres y el palacio de los condes de Isla, edificado en el siglo XVII.

Noja, por su parte, tiene cuatro hermosas playas que acaparan el gran índice de ocupación de la villa: Ris, Joyel, Noja y Trengandin. Separada de Noja por la punta de el Brusco, que da paso a la playa de Berria, está Santoña, población marinera donde las haya; en sus inmediaciones se ubica una gran industria conservera ( la más importante de España, con el 80% de la producción), desarrollada en torno a la captura del bonito y de la anchoa. Su monumento más importante es la iglesia románica de Santa María del Puerto del siglo XIV, también son características las fortificaciones militares, que en lo alto del monte Buciero vigilaban la codiciada bahía de este antiguo puerto estratégicamente situado, y del que era natural el ilustre marino Juan de la Cosa, armador de la Nao Santa María.

Laredo, "Capital de la Costa Esmeralda", frente al muelle de Santoña, cuenta con una de las playas más extensas y hermosas de la región: La Salvé, un inmenso arenal de cinco kilómetros que ha desarrollado en su entorno una potente industria turística.

Su Puebla Vieja se compone de un entramado regular de calles, coronada por la iglesia parroquial de Santa María, de traza gótica y que guarda un magnifico retablo flamenco. Su festejo más conocido y popular, la batalla de flores, que se celebra al final de cada verano, es un autentico espectáculo de luz y color. Castro Urdiales, el antiguo puerto romano de Flaviobriga, conserva aún el aire elegante que desde principios de siglo mantiene como destino estival de las clases acomodadas del vecino País Vasco. Sus principales monumentos, de diferentes estilos y épocas, de gran riqueza ornamental, contrastan con la sobriedad marinera de su encantadora puebla vieja. El conjunto formado por la iglesia de Santa María, la más importante muestra del gótico cantabro, y el castillo-faro, visibles desde cualquier rincón de la villa, componen la estampa más representativa de Castro Urdiales.

Las tabernas y restaurantes del puerto son lugares habituales donde degustar por San Andrés (como manda la tradición9 los caracoles y el besugo, y en cualquier época del año los excelentes guisos tradicionales de sus fogones. Pero son el Coso Blanco y la Pasión Viviente, las fiestas de interés turístico regional, más populares. La primera, que se celebra el primer viernes de mes de julio, consiste en un multitudinario desfile nocturno de carrozas bellamente adornadas por artesanos locales; La Pasión es una dramática escenificación del Viernes Santo, que recorre las calles de la localidad.