SIERRA DE ALCARAZ


La sierra de Alcaraz le da nombre al nudo montañoso existente al sur de la provincia de Albacete, fronteriza con la provincia de Jaén, continuando en las sierras de Cazorla y Segura.

Las riberas de sus ríos abundantes fueron utilizadas por los primeros pueblos que habitaron estas tierras en sus asentamientos. También la colonización llevada a cabo por otras civilizaciones que recalaban en nuestra península utilizaron los valles y desfiladeros formados por estos ríos, caminos y calzadas romanas pasaron por aquí, así los restos encontrados hablan de visigodos. Los árabes construyeron algunas ciudades y castillos e iniciaron los regadíos de las vegas existentes. En la Reconquista la leyenda del escudo de armas de Alcaraz lo dice todo " CABEZA DE TODA ESPAÑA Y LLAVE DE EXTREMADURA".

Desde Almuradiel a Alcaraz, actuales Campos de Montiel desde Alcaraz al vecino Reino de Murcia, actual sierra de Alcaraz, montañas, ríos y desfiladeros, eran frontera natural. Se construyeron numerosos castillos y torres de vigilancia, a su lado crecieron la mayoría de los pueblos existentes, su situación estratégica de entonces hace de ellos lugares pintorescos a visitar.

A cuatro cuencas hidrográficas vierten sus aguas estas tierras, la de mayor importancia con numerosos ríos entre los que sobresalen el Guadalmena y el Guadalimar, afluentes del Guadalquivir y utilizados en la época de la conquista de América para transportar la madera de los pinos de estas sierras a los astilleros de Sevilla, por lo que consideramos que están aquí en la sierra de Alcaraz, las fuentes del Guadalquivir. La cuenca del Guadiana, donde vierte sus aguas el Campo de Montiel tiene en las Lagunas de Ruidera, un mar interior de estas tierras, pues son un rosario de lagunas, formando cascadas de gran belleza entre unas y otras, siendo reconocido como parque natural. La cuenca del Segura vierte sus aguas al mar Mediterráneo. Tiene este río su nacimiento en la sierra de Segura, en la provincia de Jaén, a su paso por la provincia de Albacete hacia su desembocadura, recoge su afluente más importante, el Mundo, caudal que nutre toda la sierra de Alcaraz, es en su nacimiento, Los Chorros, parque natural y santuario a visitar para las gentes que habitan en la huerta murciana.

La cuenca del Júcar también vierte sus aguas al Mediterraneo y a su paso por la provincia de Albacete recoge las cuencas de los ríos Lezuza, Casas de Lázaro, río Jardín y otros pequeños, con la particularidad de que estos ríos no llegan con sus aguas casi nunca al río Júcar, pues nutren el acuífero subterráneo de Los Llanos, siendo estas aguas subterráneas las que han propiciado un auge importante en la economía dependiente de la agricultura de regadíos.

 

 


Ahora os voy a recomendar cuatro rutas dentro de la sierra de Alcaraz.

RUTA 1  EL  LLANO

La ruta comienza en La Herrera, pueblo en las proximidades de Albacete, que conserva en su iglesia una magnifica cruz procesional, pieza de plata gótico-renacentista de origen toledano. Muy cerca queda Balazote, de espléndida vega, termino del que salieron la famosa bicha ibérica e impresionantes mosaicos romanos. Su iglesia del Rosario, iniciada en el siglo XVI, cuenta con tres admirables retablos barrocos y un magnifico artesonado. Este paisaje de línea horizontal nos acompaña hasta San Pedro, que riega el río Montemayor. Adornado de encinas, hace su aparición el monte bajo. Es el pueblo indicado para comer, tanto los platos tradicionales (gazpachos, ajiaceite, caracoles, pipirrana...) como la cocina más actual.

La carretera conduce a Casas de Lázaro, ya en las estribaciones de la sierra, que verdea con delicadas choperas. El río Jardín y el Montemayor confieren su frescor a estas tierras. Aquí, los Rosa mantienen la tradición de la artesanía textil con sus lanzaderas y telares. Hacia el sur, la aldea del Sahúco presenta la ermita del Cristo, que es objeto de una de las más importantes romerías de la provincia. El monte se va espesando en estos lugares de acampada que dan paso a Peñas de San Pedro. En Peñas se levantan el ayuntamiento del siglo XVII y el templo barroco de la Esperanza, con tallas de Roque López y unos bellísimos lienzos de Bautista Suñer. Desde este pueblo de afamados embutidos subimos hasta Pozuelo, donde alza su torre la casa de los Coroneles, con una labor de rejería incomparable. A Alcadozo, de gran riqueza cinegética, se llega entre girasoles y olivos. Cultivos de cereal, vid y azafrán nos introducen en los montes de la Molata. En la linde, Pozohondo es un pueblo donde los vecinos representan en Semana Santa el drama del Prendimiento. Hacia el norte, la aldea de los Pocicos ofrece un pan insuperable. En el extremo sur se halla la Nava de Abajo, de buena cocina, donde poner punto final al trayecto.

RUTA 2   EL CAMPO DE MONTIEL

Comenzamos la ruta en Ossa de Montiel, localidad de importante producción artesana, donde se conserva una de las danzas más tradicionales de la provincia, el baile de los garrotes. A escasa distancia del pueblo, el parque natural de las Lagunas de Ruidera. Es un hábitat extraordinario para gran variedad de aves acuáticas y ejemplares de flora autóctona. En este conjunto de gran riqueza piscícola podrá contemplarse el vuelo de águilas y azores. En las inmediaciones se hallan la cueva de Montesinos, la Fontefrida y las ruinas del castillo de Rochafrida. Antes de partir, el viajero hará bien en degustar las perdices en escabeche o los quesos artesanos del lugar. Desde Ossa, ponemos rumbo a Sotuélamos, localidad bonillera de esplendorosos verdores. Ya en el Bonillo, hacia el sur y pasado el campo de golf de la Lagunilla, está el Sabinar, area de excepcional interés botánico. En la hermosa plaza del Bonillo, se alza su iglesia del siglo XVI y el ayuntamiento renacentista. El museo parroquial alberga un lienzo del Greco y otros dos atribuidos a Ribera. Otros de los atractivos de el Bonillo son la gastronomía típica y los productos artesanales, sin olvidar su Semana Santa, de interés turístico regional.

Desde el Bonillo nos acercamos a Munera, con una iglesia románico-gótico, que acoge un bello relieve del siglo XVI. Viñas, encinas y olivos adornan estas lomas de gran interés cinegético. Son parajes de indudable atractivo El Santo, La Olma y San Telmo. En este pueblo de acendrada tradición taurina se hallará una cocina de productos de la tierra, con sabrosas carnes e insuperables guisos de caza. Lezuza, que fuera la Libisosa de los romanos, constituye la siguiente etapa. El río de este pueblo, que nace en el bello paraje del Calzadillo, conforma fructíferas vegas y ricos pastos que permiten elaborar el queso manchego, según el método tradicional. Su iglesia, entre el gótico y el renacimiento, guarda interesantes frescos y una delicada custodia de plata. La ruta acaba en la pedania de Tiriez, con su curioso museo etnográfico. En el se pueden ver toda clase de objetos relacionados con la cultura popular, asó como perfectas reconstrucciones de la vida familiar y la vivienda tradicional de la comarca.

RUTA 3   SIERRA DE ALCARAZ

Se inicia el viaje en Masegoso, tierra de chopos y cárdenas flores, con parajes que se elevan a más de 1.300 metros. Las pequeñas aldeas del termino y el pueblo mismo anuncian la naturaleza de la montaña. Son campos de un cromatismo acentuado, regados por el río Masegoso y la laguna del Arquillo. Lomas de carrasca y montes de pinos nos llevan hasta la pedanía alcaraceña del Jardín, junto al río del mismo nombre, protegido por frondosas choperas. Al oeste, ya en Robledo, la laguna de Villaverde es un importante ecosistema de vegetación palustre, refugio de una gran variedad de aves. El Ballestero es lugar de sabinas y navajos, arroyos y monte bajo, con espléndidos parajes como La Beata, Peribáñez o Cobatillas. Un tramo del camino de Aníbal se conserva junto a la aldea de Mirones. En Viveros, la aldea de Pinilla, junto a las salinas, muestra una remozada ermita de oculto mudéjar, y el río Pinilla que desagua en la laguna Blanca, constituye el verdadero nacimiento del Guadiana. Descenderemos hasta Alcaraz, que adorna su plaza con elegantes lonjas y las torres renacentistas del Tardón y la Trinidad.

 

La iglesia de la Trinidad, es una joya gótico-renacentista que guarda grupos escultóricos sobresalientes, lienzos de gran valor e imágenes deslumbrantes. Conventos y casonas del Renacimiento, torreones, restos musulmanes y góticos se unen en Alcaraz para constituir el conjunto histórico-artístico de mayor calado de la comarca. La serena belleza de Povedilla, municipio del mejor aceite, pone fin al trayecto, junto a las aguas de su río. Aquí retamas, tomillos y jaras, por donde pasta el toro bravo sobre montes redondos, son dominio del ciervo y el jabalí.

 

 

 

 

 

RUTA  4  LA SIERRA PROFUNDA

Y a en plena montaña, tres ríos surcan el termino de Peñascosa, que se adorna con parajes como la fuente de la Peña, el Mal Paso o la Cañada de Bogarra. Por estos montes de pino y encina viven el gato montés y el jabalí. En dirección a los campamentos se encontrará el pinorroble, una simbiosis botánica de gran curiosidad. Hacia el oeste, Vianos aparece colgado al borde del abismo. Cumbres de más de 1.600 metros alzan aquí su vertical, en paralelo a la torre de la iglesia, iluminada por una elegante ventana plateresca. A primeros de enero, los vianescos interpretan el Auto de los Reyes Magos, una representación de gran arraigo popular. Desde Reolid, de reputadas aguas termales, se alcanza Salobre, típico pueblo serrano recogido en un valle de generosos frutales. Es villa de producción aceitera y excelentes hortalizas, donde degustar una magnifica cocina. En lo alto de un cerro, rodeado de olivos, aparece Villapalacios, de tierras rojas que riegan el río de la Mesta y el Guadalmena. En la plaza, la parroquial cubre su coro con un espléndido artesonado mudéjar. Este templo, clasificado como monumento nacional, presenta además una bellísima tribuna plateresca con maderas labradas.

A un paso queda Bienservida, pueblo de buen cazar y buen comer. El templo de San Bartolomé guarda uno de los tesoros de la provincia: un grandioso retablo del XVI, en el que se armonizan magníficamente pinturas y esculturas renacentistas. Entre altas crestas se llega a Villaverde de Guadalimar, tierra de olivos y nogales por donde verdea el helecho. Aquí fue abatido el Pernales, uno de los últimos bandoleros españoles. Lo agreste de estas montañas y la belleza de sus aguas hacen de Villaverde un municipio de indudable atractivo. Hacia el sur, la carretera lleva a Cotillas, pueblo de arroyos y villa altísima desde la que se dominan cumbres como las de Almenaras o el Cambrón. Los bosques de estos parajes dejan adivinar, allá arriba, los restos del castillo de Hiedra, donde poner punto final al recorrido.