SIERRA DE ALCUDIA Y MADRONA Y CAMPO DE CALATRAVA
Almuradiel es la puerta de
entrada a dos importantes enclaves naturales de la península ibérica:
Despeñaperros y la sierra de Alcudia, ambos dentro de sierra Morena,
sistema montañoso que separa las provincias de Ciudad Real y Jaén. A
la hora de recordar el pasado de esta localidad, Unos cuantos años antes, el monarca Carlos
III había repoblado estas tierras con gentes de Cataluña y Galicia y
así fue como empezaron a llenarse de caras nuevas pueblos como
Almuradiel, La Carolina, Santa Elena y tantos otros. Del pueblo merece
la pena ver la iglesia parroquial de la Purísima Concepción, monumento
nacional desde 1982, neoclásica, levantada en el siglo XVIII. A 6 kilómetros
de Almuradiel queda la localidad de Viso del Marqués, que cuenta con el
mejor palacio de la provincia, el del marqués de Santa Cruz, Don Álvaro
de Bazán, una especie de oasis arquitectónico entre tanto alcornoque,
encina y jara. El edificio sede del archivo Durante 32 kilómetros, la carretera repasa
perfiles de la sierra de San Andrés hasta llegar a nuestro siguiente
punto de encuentro con el apellido Calatrava, San Lorenzo, pueblo
levantado sobre un cerro, con calles empedradas en cuesta y viviendas
blancas y sencillas. No muy lejos del lugar se han encontrado pinturas esquemáticas
rupestres en la zona que llaman La Jalbegada. Es justo a partir de este
punto cuando se entra de lleno en la autentica esencia de la sierra de
Alcudia, lugar elegido todavía, aunque cada vez menos, por los pastores
trashumantes para pasar los inviernos con sus rebaños. Ahora muy pocos
realizan los trayectos a pie, por lo que queda de las antiguas cañadas,
el ferrocarril ha impuesto su tecnología y es el principal medio de
traslado. Cuando los trayectos se hacían a pie se podía tardar hasta
un mes en llegar a esta zona, Una vez abandonadas las aldeas de El Hoyo y Solanilla, el camino continua por la carretera del puerto de los Rehoyos a la aldea de Las Tiñosas y Minas Diógenes, restos de explotaciones romanas de galena argentífera del siglo II antes de Cristo. Ahora todo ha cambiado mucho y los dueños no permiten ver los yacimientos, en parte ya ocultos. No existen indicaciones que orienten sobre el lugar exacto de las viejas minas. Avisados quedan. Nos encontramos a las puertas de sierra Madrona y del bello escenario labrado por los dos embalses de Montoro, muy cerca ya del municipio de Mestanza, que cuenta tan sólo con la iglesia de San Esteban, como principal muestra de arte dentro del casco urbano. Fuera de él lo recomendable es acercarse a la escondida y discreta laguna de la Alberquilla. Lo siguiente en aparecer en la ruta, después de Mestanza es el puerto homónimo, de escasa altitud y el desvío a Hinojosas de Calatrava y Cabezarrubios, nuestros objetivos. Hinojosas cuenta con varios lugares de interés que conviene repasarlos como la plaza de la iglesia, el molino Flor de Ribera, adaptado como vivienda, junto al río Montoro, y el castillete de la Mina de La Simona, restos de una mina abandonada. Bello entorno, pues, el que ofrece este brazo de carretera hasta alcanzar la localidad de Brazatortas, nudo ferroviario de gran importancia. En este punto se toma la N-420 durante 9 kilómetros escasos, hasta el desvío a La Bienvenida y Alamillo, carretera que sirve de espina dorsal a la sierra y valle de Alcudia. Otra posibilidad turística es continuar la carretera nacional hasta Fuencaliente, a 31 kilómetros, y recorrer una de las zonas más interesantes de la ruta de los Batanes, con bonitas vistas desde los puertos de Niefla y Valderrepisa y atractivos lugares como la ermita de San Isidro, Las Lastras, Peña Escrita y La Batanera, con pinturas rupestres, y el balneario de Fuencaliente, indicado para curar los problemas de nervios, intoxicaciones y nutrición. Si es nuevo por estos lugares, en el pueblo le hablaran de las excelencias paisajísticas de la Peña de Don Rodrigo y de la Garganta del Horcajo. AUTOR: JAVIER LERALTA |