PATRIMONIO DE CONSUEGRA (TOLEDO)


CONJUNTO DEL CASTILLO Y LOS MOLINOS

Sin lugar a dudas es el conjunto arquitectónico más destacado de la población. La fortaleza se comenzó a construir a mediados del siglo X durante la época de esplendor del califato de Córdoba, concluyendo su construcción a mediados del siglo XIII por los caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén, más de 350 años de construcción interrumpida y de ahí que en la actualidad se puedan visitar en un solo edificio los vestigios de tres castillos diferentes, la orden le convirtió en la capital de un extenso priorato. La cesión del castillo y su alfóz a los caballeros se realizó en el año 1183 por Alfonso VIII, aunque la fortaleza ya había sido reconquistada por Alfonso VI, justamente cien años antes, siendo lugar de enfrentamientos bélicos constantes, esta se perdió pasando de cristianos a musulmanes en repetidas ocasiones, hasta pasar definitivamente al reino de Castilla. Las ampliaciones y reformas del castillo continuaron a lo largo de los siglos para adaptarse paulatinamente a los usos y costumbres de cada época, dotándole de archivo, capilla, sala capitular, aljibes, potentes defensas (era necesario romper 7 muros de 4,5 metros y la altura de sus torres de 30 metros, lo cual, unido a su posición estratégica, le daba un aspecto inexpugnable).

Su última ampliación se realizó en el siglo XVII con la intención de albergar una nueva ermita. La fortaleza continuó habitada hasta prácticamente principios del siglo XIX. En el año 1813 el edificio fue volado por las tropas de Napoleón, quedando en ruinas. En 1837 sufrió el proceso desamortizador de Mendizábal para ser adquirido por el Ayuntamiento en 1962. Actualmente se halla en fase de rehabilitación, habiéndose recuperado el 50% del castillo. Hoy en día se pueden visitar dos de tres aljibes, la galería, la nave de archivos, la ermita, la sala capitular, la torre albarrana, las terrazas, el jardín, la barbacana y los pasos de ronda, siendo utilizado para representaciones teatrales y eventos culturales.

El otro elemento que conforma el paisaje del cerro Calderico son los molinos de viento. Se han recuperado once de los trece molinos que en principio se utilizaron en la colina. Hay que hacer mención de que cuatro de estos conservan el mecanismo completo y están en condiciones de trabajar, entre ellos destaca el llamado "Sancho", con una tipología bastante antigua. De los tres restantes, el "Rucio" también conserva el moledero en buenas condiciones y con respecto al "Bolero" y al "Espartero" solo conservan parte de los mecanismos originales. Los siete restantes, en principio se dedicaron a museo; si bien hoy en día permanecen vacíos por dos motivos: la dificultad de mantener en estos edificios obras de valor, fundamentalmente por la conservación y por la seguridad y, en segundo lugar la contratación del personal necesario para su mantenimiento, uso y disfrute. No obstante el aspecto exterior es bastante bueno creando una imagen única a nivel estético.

De los trece molinos de viento que coronaban el cerro Calderico se han rehabilitado once. La recuperación de estos se desarrolló durante la década de los sesenta, concluyendo la obra durante la década de los noventa con  la recuperación de los molinos "Bolero" y "Espartero". La rehabilitación de estos edificios ha sido llevada a cabo por el Ayuntamiento de Consuegra, fijando los criterios, tanto de restauración, como de uso y disfrute de los mismos.

CASCO URBANO

Los edificios del casco urbano, y éste en sí mismo, son ejemplo de las diferentes culturas que han dejado su huella en la península ibérica a lo largo del tiempo. De echo la configuración de trama urbana actual, está vertebrada aún sobre la plaza de España, antiguo foro de la Consabura romana, y las calles que dividen la almendra en dos mitades. Hacia el oeste se conserva el trazado urbano medieval, concretamente de espina de pez, estructurándose alrededor del antiguo convento de Padres Franciscanos. La parte central de la población hoy es ocupada por zonas verdes y ajardinadas con dirección este-oeste, con un kilómetros y medio de longitud y 400 metros de anchura, configurando la zona de expansión y ocio. Del mismo modo, para enlazar las áreas verdes con el centro de la población se ha procedido a peatonalizar las calles adyacentes a la plaza de España, facilitando el acceso a pie a los principales conjuntos históricos.