PUEBLOS Y CAMINOS DE EL LAZARILLO  2


El conjunto de la plaza Mayor, el Ayuntamiento, construido en el siglo XVII y restaurado en el XX, el Posito, del siglo XVIII, y una serie de viviendas dan gran calidad ambiental que hacen que Méntrida sea uno de los pueblos que mejor han sabido mantener su sabor tradicional. Los caldos de la zona gozan de gran prestigio vitivinícola y fama internacional, y se acogen bajo la denominación de origen "Méntrida". Las fiestas nos traen en abril a los danzantes con sus curiosas vestimentas; bailan con castañuelas y palotes y trenzan el cordón en las fiestas en honor de la Virgen de la Natividad. Nos acercamos hasta Villa del prado, en la provincia de Madrid, para desde allí, entre pinares, acercarnos a Almorox, población cuyo origen es anterior al periodo romano y en ella se asentaron tanto romanos como árabes. Alfonso VIII le concedió el titulo de "Leal Villa" por su comportamiento en la batalla de las Navas de Tolosa. DE gran interés es el conjunto de su plaza, con edificaciones que van del siglo XVII al XIX y en la que se encuentra un magnifico rollo o picota formado por una columna toscana, rematada por un capitel en el que destacan cuatro figuras de león y un templete de pináculos. La iglesia parroquial se edificó en tiempos de los Reyes Católicos, gótica, con una portada renacentista. 

Nuestra próxima visita será Escalona, situada en una meseta, sobre una escarpada ladera, a la margen derecha del río Alberche. Dominaba la meseta uno de los pasos accesibles del río, por lo que se convirtió en vía de comunicación importante y fue fortificada. Su fundación se remonta a más de 2.500 años, fue conquistada a los árabes en 1083 por Alfonso VI. Fernando III se la dona a su hijo el Infante don Manuel que a su vez se la dejaría a su hijo el Infante don Juan Manuel, quien nació en el castillo el 5 de mayo de 1282 y fue Señor de Escalona. En 1423, Juan II la incorporó a la Corona y al año siguiente se la dio a D. Álvaro de Luna, tras cuya muerte pasó de nuevo a la Corona hasta 1470 en que el rey Enrique IV la cedió a don Juan Pacheco, maestre de Santiago. Conserva un magnifico conjunto urbano en el que destaca la traza medieval. Quedan restos de la muralla, la puerta de San Miguel, iglesias y conventos de interés, como el de la Encarnación, obra del siglo XVI, de transición del gótico al renacimiento, con claustro e iglesia; una bella plaza Mayor con soportales en gran parte de su perímetro, un largo y bello puente sobre el Alberche, una gran variedad de viviendas populares con balconadas, soportales, etc. Pero sobre todo el castillo, construido por Álvaro de Luna en el siglo XV, quien realizó grandes transformaciones sobre el ya existente, convirtiéndolo en un suntuoso palacio. La fortaleza tiene un perímetro de 420 metros, dividido en dos zonas: la plaza de armas al norte y al sur el alcázar. Conserva los fosos, las murallas, las torres y los adarves. El salón de embajadores era de excepcional riqueza, con yeserias y estucos de laceria y atauriques mudéjares.

Volviendo hacia Toledo, pararemos en Maqueda, población situada en el cruce de carreteras de Extremadura y Ávila; las últimas excavaciones llevadas a cabo nos hablan de un origen anterior a los romanos. población de gran valor estratégico, por ello estuvo amurallada desde el siglo XII, época en que paso a depender de la Orden de Calatrava, por donación del Alfonso VIII; los reyes Católicos se la ceden a don Diego de Cárdena, con el titulo de duque de Maqueda. Lo más destacable de la población es el castillo, uno de los más monumentales de la provincia de Toledo. El primitivo fue una avanzada del recinto amurallado y sobre él se construyó en el siglo XV el que hoy vemos. Su planta es cuadrada, rodeado de foso, con torres redondas en las esquinas y en el centro de los lienzos de muralla, excepto en el de levante, en el que se sitúa el acceso. La portada presenta un arco de medio punto y elementos góticos e isabelinos. El arco se remata con el escudo de los Cárdenas y Enríquez y la Cruz de Santiago. En la actualidad lo ocupa el cuartel de la Guardia Civil. Otros edificios y restos de interés son la iglesia parroquial, el rollo o picota y una espadaña de la que fue iglesia de Santo Domingo. Después de atravesar Val de Santo Domingo, llegamos a Torrijos, importante población cuya fundación es de época romana; las primeras noticias históricas que conocemos hablan de la donación de la aldea de Torrijos al Arzobispo Ximenez de Rada por los servicios prestados en la batalla de las Navas de Tolosa; el arzobispo la donó al Cabildo quien la vendió en el siglo XVI a don Gutiérrez Cárdenas y su esposa doña Teresa Enríquez, "la loca del Sacramento"; la locura de esta dama consistió en ordenar la construcción de la colegiata gótico-renacentista que es hoy la joya principal de los monumentos de Torrijos. Esta colegiata del Santísimo Sacramento es también iglesia parroquial y se edificó en el siglo XVI, de planta rectangular y tres naves con bóvedas ojivales de crucería. En el interior destaca el altar mayor, plateresco, de cuatro pisos en talla en madera policromada; los otros que decoran las sucesivas capillas son posteriores, barrocos y neoclásicos. Algunos atribuyen su construcción a Alonso de Covarrubias, nacido aquí en Torrijos en 1488.

En el exterior, a los pies, una magnifica portada renacentista, de las más bellas de la provincia, y a un lado, una cruz dedicada a los caídos de la guerra civil, monumento de gusto relativo que debería ser colocado en otro sitio y liberar este testero de la colegiata. Otro de los edificios interesantes es el convento de las Franciscanas, edificado sobre los restos del antiguo palacio de don Pedro I de Castilla. El Hospital de la Caridad, declarado bien de interés cultural es otro monumento interesante. De estilo renacentista, construido en el siglo XVI, en él destaca la capilla del Cristo de la Sangre. En la Plaza Mayor se conservan algunas casas con soportales, así como un buen número de casas de buena factura, repartidas por la población. Ya de camino a Toledo, realizaremos una visita a Barcience, población de origen romano que perteneció a la Orden de Santiago y fue desde tempranas épocas de la reconquista toledana un lugar fortificado. En el siglo XIV se construye el actual castillo para residencia de la familia de los Silva, después pasó a la Casa del Infantado, a la de Osuna y Pastrana para ser donado a mediados del siglo XIX al Papa León XIII, quien lo cedió a un particular. Su planta es rectangular con torres en los ángulos y una característica torre del homenaje, con un monumental león rampante, escudo de los Silva, enmarcado por un alfiz.

Y ya de regreso a Toledo, podremos emprender otras rutas y seguir conociendo el patrimonio artístico y natural de Castilla-La Mancha.