PASTRANA, VILLA MEDIEVAL
De origen,
probablemente ibero, Palaterna, se llamó entonces, fue destruida por el
pretor romano Tito Sempronio Graco y reconstruida cien años después por el
cónsul Paterno Paterniano, de quien tomó el nombre de Paterniana. No se
vuelven a tener noticias hasta que el moro Prasis, al hablar de
Recópolis, la sitúa en el Tajo y dice: "Non lejos de Pastrana".
Posteriormente, en el siglo XII, el rey Alfonso VIII, después de la
conquista del castillo de Zorita, en poder de los Castro, la da, junto con
Zorita de los Canes, a la naciente Orden de Calatrava. Esta Orden la
engrandece con donaciones y privilegios y le concede el villazgo.
Construye la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, después Colegiata y
una hospedería.
En 1541, el rey Carlos I consigue de los Papas Clemente VII y Paulo las bulas necesarias para enajenar bienes de las ordenes religiosas y, usando de esta facultad, vendió la Villa de Pastrana, con los lugares de Escopete y Sayatón a doña Ana de la Cerda, viuda de don Diego de Mendoza, condesa de Mélito, autorizándola a construir una casa fuerte, que es el actual Palacio Ducal. Muerta doña Ana, pasa el señorío a sus hijos don Gaspar Gastón y don Baltasar, los cuales la venden a Ruy Gómez de Silva, secretario y amigo de Felipe II, que casó con la celebre doña Ana de Mendoza y de la Cerda y obtuvieron del rey los títulos de duques de Pastrana y Príncipes de Éboli. Con los primeros duques llega a Pastrana su época de esplendor, pues gastan sumas de dinero al crear la Colegiata. Traen moriscos de Granada para trabajar la seda, y Santa Teresa funda dos conventos de Carmelitas en 1569. Pero muerto Ruy Gómez en 1573, su viuda, la princesa de Éboli, inicia una vida inquieta, que obliga a Santa Teresa a llevarse las monjas y por sus intrigas en la Corte con Antonio Pérez es encarcelada, sirviéndole de prisión su propio palacio, de donde no saldría hasta su muerte, siendo enterrada en la cripta de la Colegiata. Más tarde se suceden los duques y, al trasladar éstos su residencia a Madrid, en el siglo XVIII, Pastrana inicia su vida rural. NATURALEZA DE LA COMARCA DE PASTRANA Pastrana se sitúa en la comarca natural de la Alcarria, caracterizada por sus páramos y valles, entre los ríos Tajo y Tajuña. La presencia del río Tajo y los embalses de la zona: Buendía, Entrepeñas, Bolarque, la Bujeda, Zorita y Almoguera, conforman un paisaje asociado al ecosistema de ribera. Chopos, sauces, majuelos y escaramujos acompañan a la vegetación palustre de carrizos, juncos y espadañas, siguiendo el curso del Tajo. Entre las especies de fauna que utilizan el medio ribereño podemos encontrar el lucio, la carpa, la tenca, el barbo, la boga, el cacho y la trucha. La avifauna está formada por fochas y pollas de agua, así como el ánade real o azulón. Entre los carrizales es común la presencia estival de la garza imperial, mientras que en invierno es la garza real la que nos muestra sus aptitudes para la pesca. Los páramos y valles, con suelos de naturaleza caliza y clima mediterráneo, han favorecido el desarrollo de un modelo agrario muy vinculado a la vegetación silvestre de la zona. Multitud de arbustos y plantas aromáticas configuran la riqueza floral de la comarca, que se hace especialmente patente en sus reconocidas mieles, romero, espliego, jara, tomillo..., se funden con los campos de olivos, vides, cereales y girasoles. La miel de la Alcarria esta protegida por la Denominación de Origen desde 1992, la zona de producción y envasado incluye 150 municipios de la provincia de Guadalajara. La Fundación Consejo Regulador Denominación de Origen "Miel de la Alcarria" es el organismo encargado de realizar las certificaciones y controles de calidad de los productos acogidos a la Denominación de Origen. |