HISTORIA DE TEMBLEQUE (TOLEDO)


Asegura el insigne geógrafo Dantín Cereceda, que Tembleque es de origen ibero, que debió existir un poblado ibero en esta zona, confirmándolo el haber tantos pueblos con sus nombres terminados en "que" por las cercanías del Valle del río Algodor: Tembleque, Turleque, Mamzaneque, Mascaraque, asegurando el citado autor que esta terminación es ibera.

También Méndez Silva, en su historia, sostiene que algunas colonias judías fugitivas de Nabucodonosor se establecieron en esta zona fundando pueblos, a los que designaron con nombres que les recordaban a su antigua patria, así están Samaria (La Guardia), Bethelen (Tembleque), Yope (Yepes), Escalón (Escalona), etc.

Según Fernando Jiménez de Gregorio, Tembleque se llamó antes Tembleccu, este eccu, puede ser celta, luego los mozárabes conservarían este nombre, pasando a los repobladores castellanos con la terminación "que", así ha llegado a nosotros.

El origen etimológico de Tembleque procede del vocablo latino Tremulare, derivando de Tremulus con el significado de tembloroso.

El nombre de Tembleque se relaciona con "un adorno que usan las mujeres para la cabeza, que es una flor o botón de diamante u otras piedras, preso a una aguja de plata u oro, que por estar retorcido tiembla con el peso2. Así pues, Tembleque seria lo que tiembla. El nombre de Tembleque aparece en la historia por primera vez hacia el año 1063, en el que el rey Alfonso VI arrebató a los árabes el castillo de Consuegra, figurando Tembleque entre los pueblos del territorio conquistado, fue reconquistado posteriormente dicho territorio por los árabes en una de sus incursiones sobre Toledo. En 1150 pasa nuevamente al dominio cristiano y con él Tembleque. Cuando después de nueve meses de asedio cae el castillo de Consuegra en poder del héroe de las Navas, el día de San Mateo, 21 de septiembre de 1177, siendo rey Alfonso VIII, por la Real Carta fechada en Palencia el 8 de agosto de 1183, hace mención del pueblo de Tembleque a la orden de San Juan de Jerusalén como uno de los lugares de la jurisdicción del castillo de Consuegra.

En 1241 el prior de San Juan, don Ruy Pérez, otorga carta de población al lugar de Tembleque, instalando en él doscientos cincuenta pobladores, a los que concede tierras, señala el término jurisdiccional del pueblo y le concede el Fuero de Consuegra, que se deriva de Cuenca. Por este tiempo se enfrenta el pueblo con Yébenes de San Juan, por cuestión de limites jurisdiccionales, a este hecho corresponde el topónimo Mojón. También pleitea con el poderoso Concejo de La Mesta, por asuntos de pastos; ya sabemos que por el término de Tembleque pasa una Cañada de Merinas y que son varios los parajes con el nombre de cañada.

Sigue Tembleque al priorato de San Juan en sus vicisitudes, mostrándose ya con personalidad definida, hasta que el 10 de agosto de 1509, la reina doña Juana la Loca, accediendo a la petición del pueblo, otorga por Real privilegio el titulo de Villa a Tembleque con derecho de regir sus justicias y Alcalde en su propio Ayuntamiento. Para conmemorar tal hecho, se levanta el rollo jurisdiccional, que es un monumento que simboliza la libertad municipal y, al mismo tiempo, la autoridad y seguridad del vecindario de Tembleque.

Organizada y dirigida por el cardenal Cisneros la expedición a Orán Tembleque contribuyó a ella con una compañía de soldados y un millón de maravedíes, y por ello conquistó la simpatía del gran Cardenal, quien, con ayuda del Prior de San Juan y del pueblo, construyó el magnifico templo parroquial. Los temblequeños permanecieron fieles al Emperador en las guerras de las Comunidades de Castilla y ayudaron al apaciguamiento de Toledo a las ordenes del gran prior de San Juan, don Antonio de Zúñiga, por lo que Carlos V dio las gracias a los hijos de Tembleque y el titulo de "Fieles y leales" en carta autógrafa fechada en Wornes el 12 de enero de 1522.

El escudo de Tembleque está tallado en piedra. La distribución de las figuras es la siguiente: 

Un castillo de tres torres, con la central más grande, simboliza la grandeza, elevación y fortaleza de esta villa; hay un árbol en un terruño o pequeño montículo (lo que en heráldica se llama artal terrosado), que significa fidelidad; también hay una horca, que simboliza la administración local y justicia, y un cañón añadido por la reina doña Juana, por la gran ayuda que prestaba el salitre de Tembleque a la Real Artillería. Como ornamentos externos, la Cruz de San Juan de Jerusalén.