HISTORIA DE LA SEMANA SANTA EN LEÓN
Ninguno de los vecinos de aquel pequeño pueblo de Judea, llamado Nazareth, que sólo tenían a gala pertenecer a la más prestigiosa de las doce tribus hebreas, la de David, podría imaginar que su nombre iba a ser reconocido en todo el globo, y por los siglos de los siglos, a partir de aquella noche feliz, noche de paz, en que la mujer de un carpintero dió a luz a un niño llamado Jesús. Años más tarde, aquel hijo de Nazareth fué conocido como Jesús el Galileo, porque desde Galilea comenzó su vida pública, predicando y realizando milagros. Pero en la Semana de Pasión, en la que vivió un tropel de sentimientos, desde el triunfo del Domingo de Ramos, hasta la crucifixión en la tarde del Viernes Santo, pasando por la traición de Judas, la negación de San Pedro, la angustia en el Huerto de los Olivos, la flagelación, la coronación de espinas y el vía crucis, quienes les lloraban y quienes le insultaban, los amigos y los enemigos, todos coincidían en un nombre: Jesús, el Nazareno. La Semana Santa es el reflejo exacto de lo que sucedió en aquellos días de primavera, en Jerusalén, según el relato casi periodístico que los Evangelios nos hacen. Cada paso que sale en procesión por avenidas y callejuelas de numerosas ciudades y pueblos de nuestra geografía es un retrato al natural de los momentos más dramáticos vividos por Jesús, el Nazareno. Las cofradías, hermanas religiosas de los antiguos gremios, se crean con el santo afán de perpetuar el recuerdo de aquellos hechos históricos, y la devoción por venerar un acto de amor limpio, puro y generoso. El hijo de Dios que se hace hombre, y entrega su vida por amor a los hombres. Siempre recuerdo
aquellas procesiones de la Semana Santa leonesa, cuando en mi juventud, velé mis
primeras armas radiofónicas en León. El inmerecido favor de nombrarme pregonero
de la Semana Santa leonesa me ha hecho revivir aquellas imágenes, y
experimentar, con ello, una de las emociones más profundas que puede
experimentar un leonés bien nacido. Es la Semana en que la ciudad de León se
hermana con el pueblo de Nazareth. Semana Santa, tan leonesa, como nazarena.
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