LAS MÉDULAS


LAS MÉDULAS.- Para llegar a la localidad de las Médulas puede accederse desde Ponferrada por la N-VI para tomar la N-536 hacia O Barco. En Carucedo, a 20 kilómetros de Ponferrada, se encuentra el arranque de la carretera que se dirige a las Médulas. Poco después de dejar atrás las ultimas casas de Carucedo, la vía se divide en dos ramales sin una señalización clara: el de la derecha lleva al pueblo de las Médulas y el de la izquierda al de Orellán y su mirador. A la entrada del pueblo de las Médulas en la parte baja de este yacimiento arqueológico considerado por la UNESCO, Patrimonio de la Humanidad, se ha instalado el aula arqueológica de las Médulas. Visitarla antes de adentrarse en el dédalo de picachos rojizos y cuevas que conforman este territorio, es imprescindible para entender los procesos mineros que han conformado el paisaje y la forma de vida de sus pobladores. El paseo a pie más frecuente es el que conduce hasta las cavidades de La Cuevona y la cueva Encantada, dos impresionantes muestras de la capacidad erosiva del agua cuando era proyectada con fuerza por el interior de los túneles. No existe señalización alguna que indique como llegar, pero basta seguir el camino que arranca por la izquierda y entre huertas, unos metros antes de la barrera que impide el paso de vehículos. La visita al enclave se completa con la panorámica que se divisa desde el mirador de Orellán. Es necesario retroceder hacia Carucedo y tomar a la primera desviación que aparece a la derecha. Al final de Orellán comienza una pista de tierra que, en 1,5 kilómetros, sube hasta el mirador, por debajo del cual se encuentra la entrada a la cueva de Orellán.

VILLAFRANCA DEL BIERZO.-  Desde el mirador de Orellán hay que regresar a Carucedo para desviarse a la izquierda por la N-536. En las afueras del pueblo se ve el lago de Carucedo. Sus orígenes parecen estar en diques construidos por los ingenieros romanos con el fin de evitar la obstrucción del cauce del río Sil, dada la gran cantidad de fango que el proceso de explotación aurífera empujaba hasta aquí. Una desviación comunica esta carretera con la N-120 a través de la Barrosa. Tomando esta nacional y enlazando después con la N-VI se llega a Villafranca del Bierzo. Destacado hito del Camino de Santiago, la población se encuentra en la confluencia de los ríos Burbia y Valcárcel, en lo que es la puerta de paso para quienes deseen conocer algunos de los rincones más apartados de los Ancares leoneses. Poco después de entrar en la villa una calle sube, por la derecha, hacia el castillo, construido por los marqueses de Villafranca a finales del siglo XV. Tiene carácter de residencia privada y no se visita. A unos metros se encuentra la iglesia románica de Santiago, bien conocida por los peregrinos del camino compostelano. Según la tradición jacobea, aquellos peregrinos enfermos o con indisposiciones para continuar el camino, encontraban en su puerta del Perdón, la misma posibilidad de ganar el jubileo que llegando hasta la catedral de Santiago. Por debajo de ella se divisa la iglesia de San Francisco, del siglo XIII, con un artesonado del siglo XV. Al otro lado de la plaza Mayor, llama la atención el colegio de los Padres Paules, transformado recientemente en hospedería. Un poco más allá está la Colegiata, de estilo gótico-plateresco. Muy cerca de su entrada tiene el arranque la calle del Agua, hermosa vía empedrada que agrupa en sus costados un buen puñado de palacetes y algún noble convento, vestigios de la importancia que otrora tuvo la aristocracia villafranquina.

PONFERRADA.- Por la N-VI o por la autovía A-6 se accede en pocos minutos desde Carracedo hasta Ponferrada. Antes de comenzar la visita a esta localidad, resulta acertado buscar la estrecha carretera que conduce, en un kilómetro, hasta Santo Tomás de las Ollas, donde se levanta la hermosa iglesia mozárabe del mismo nombre. De regreso a Ponferrada, la visita debe encaminarse hacia la plaza Mayor, al frente de la que destaca la Casa Consistorial, de estilo barroco, y junto a ella, la torre del Reloj, enclavada sobre una de las puertas que franqueaba la muralla medieval. Traspasando su arco se accede a una de las calles más típicas de Ponferrada. En su inicio se encuentra el Museo del  Bierzo, en el edificio que fuera antigua cárcel de la villa. Esta misma calle desemboca en la plaza donde se alza la basílica de la Encina, templo renacentista, en cuyo interior se sitúa el lujoso camarín de la Virgen de la Encina. Esta imagen, según la tradición, fue hallada por los templarios en el tronco de una encina mientras se acometía la construcción del castillo. A muy pocos metros se encuentra el castillo templario de Ponferrada, en proceso de rehabilitación, autentica enseña de la ciudad.

VALLE DEL SILENCIO.- El valle del Silencio es famoso desde la Edad Media  por la proliferación de pequeños eremitorios y monasterios. Su difícil acceso, al fondo de la comarca de Valdueza, es una característica potenciada en el pasado y que aun hoy forma parte de su personalidad más intrínseca. Desde Ponferrada es preciso buscar la carretera que, salvando el río Boeza, se encamina hacia San Esteban de Valdueza. Antes de llegar a San Esteban, la ruta gira a la izquierda hacia San Clemente y Peñalba, puerta de entrada al valle del Silencio. Unos kilómetros antes de Peñalba, un nuevo ramal acerca hasta Montes de Valdueza, en cuyo interior se encuentran las ruinas abandonadas del monasterio de San Pedro, fundado por San Genadio a finales del siglo IX. La carretera continua por el valle principal hasta Peñalba de Santiago, cuya iglesia de Santiago, joya del mozárabe leonés, fue levantada en el siglo X. Un agradable camino lleva, en una media hora a pie, hasta el valle del Silencio y la cueva en la que, según la tradición, habito San Genadio.