Es la Soria verde. Por la N-234, tras atravesar Cidones, nos desviaremos por la carretera comarcal, camino de Vinuesa, villa conocida como "La Corte de los Pinares". Son interesantes varias construcciones en piedra, casa del palacio de Pedro Neyla y el del marqués de la Vilueña. También la Casa de los Ramos.

Vinuesa: "agua y pino", es ciudad típica, en la que se hermanan las viejas casas nobiliarias y las de los indianos, aquellos que el siglo XIX fueron a las Américas y pudieron regresar enriquecidos.

Continuando el curso del río Duero, está Salduero, pueblo de calles empinadas. Luego, Covaleda, cuyo tipismo principal lo debe a sus inmensos pinares y a las casas de piedra. En estos y otros pueblos limítrofes, las vacaciones veraniegas son pura delicia. Apunten esa sugerencia.

Duruelo de la Sierra, donde nace el Duero, la sierra de Urbión. Tiene como monumentos destacados la necrópolis y la iglesia parroquial. Y lo mejor: el paisaje, donde el color verde impone su presencia. Desde allí se puede subir al Pico de Urbión, situado a 2.226 metros de altitud, entre bosques de pinos y hayas.

El viajero que proceda de zonas urbanas habrá advertido que, por estos lares, la polución es una entelequia. El valle del Revinuesa es uno de los lugares más interesantes para la práctica del senderismo, bicicleta de montaña o simplemente la contemplación de la naturaleza. Marchas al Caserío de Santa Inés, y otros lugares. Completará tan extraordinaria ruta con un paseo por los alrededores de las lagunas: la Larga, la Helada, la Negra, esta última envuelta en la leyenda, aquella que puede escuchar de labios de algún lugareño de pueblos vecinos, lugar que "roza lo sagrado".

En invierno, estos parajes, no pierden, sino todo lo contrario, su extraordinaria belleza, cuando la nieve hace acto de presencia.