SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR (SALAMANCA)
El
camposanto está cerrado, pero lo abre al visitante una amable señora.
Marce viene atraerle flores a su madre, fallecida recientemente, y tiene
su tumba como si fuera un jardín. El cementerio de San Martín del
Castañar se halla dentro del antiguo castillo, antes también sirvió
de cárcel, y, con sus altos muros y la torre, da la sensación de que
los que allí reposan participaron en alguna batalla. Junto al castillo
se encuentra una de las más antiguas plazas de toros de España, con
burladeros de piedra. Al lado, el enorme tronco de árbol seco (el álamo,
le dicen).
En San Martín han tenido una idea que bien podrían copiar las poblaciones hermanas de la Sierra de Francia. Han construido un aparcamiento a la entrada y han prohibido el acceso de vehículos al pueblo. Así, sin coches, se acentúa la impresión de entrar en una época antigua. Es la localidad serrana que mejor cuida los detalles, por ejemplo, los registros de la luz están metidos dentro de cajas de madera. El lugar para alojarse, que también es restaurante, se llama La Posada, antiguo edificio rehabilitado por el Ayuntamiento del cual se muestran muy orgullosos los lugareños, sobre todo de la cama alta con dosel de una de las cuatro habitaciones. Los muebles, aunque siempre parecen antiguos, están hechos por una escuela taller del propio pueblo que copia los originales. Muchas de las vigas sobresalen de las casas sosteniendo los tejados han sido talladas y, algunas, rematadas con curiosas caras humanas. En las afueras hay un puente romano, restos de calzada, una ermita (la del Humilladero) y fuentes por todas partes, algo común a estas localidades serranas. Siguiendo desde aquí por un sendero se llega a las ruinas de lo que fue convento de Santa María de Gracia, que sirven de tranquilo reposo al caminante. Partiendo de la ermita del Socorro, al otro lado del pueblo, se alcanza andando el río Francia, con lugares para bañarse, como el charco de la Mierla o el espectacular del Campanario del Diablo. Por los campos abundan cerezos y cepas en pequeñas terrazas escalonadas. La mejor vista se obtiene desde la carretera de acceso al pueblo, viniendo desde Sequeros. |