SORIA
Soria limita al norte con la provincia de Burgos y la Rioja, al este con Zaragoza, al sur con Guadalajara y al oeste con Segovia y Burgos. Tiene una superficie de 10.287 kilómetros cuadrados y su densidad media, una de las más bajas de la península, es de 9,6 habitantes por kilómetro cuadrado. La provincia esta atravesada por los montes Ibéricos, que por su periferia forman los Picos de Urbión, sierra Cebollera, sierras de Alba, Almuerzo, El Madero y Moncayo. Desprendida también de los macizos ibéricos se extiende la sierra de Cabrejas, que cierra por el sur el valle alto del Duero. En el limite meridional existen parameras de las que van surgiendo las primeras elevaciones del sistema central. Entre ambas alineaciones aparece la meseta soriana, que desciende hasta occidente, siguiendo el curso del Duero y tiene una altitud media de cerca de 1.000 metros. Su río por excelencia es el Duero, que nace en los Picos de Urbión. Desciende de esta elevada región, abriendo poco a poco su valle, a través de profundos tajos y escarpes; ya en la meseta soriana, describe un arco hacia el este y pasa junto a las ruinas de la inmortal Numancia y de Soria, donde sufre la inflexión que lo lleva hacia el oeste, y corre por tierras de Almazán, Gormaz y Osma, para penetrar a continuación en la provincia de Burgos, camino del Atlántico. La porción meridional dela provincia pertenece a la cuenca del Ebro y forma parte del alto valle del Jalón. Dada su gran elevación, su clima continental se caracteriza por inviernos muy largos y rigurosos y veranos cortos, pero calurosos. El sector agropecuario y forestal es el predominante. Destacan las producciones de trigo, cebada, madera y resinas. Son notables el cultivo de la remolacha azucarera y la ganadería para carne (ovina y porcina). La industria esta poco desarrollada: edificación, alimentaria y madera. En el sector servicios, cruzan la provincia por el sur, siguiendo el valle del Jalón, la carretera y el ferrocarril Madrid-Barcelona. Posee 1.334,4 kilómetros de carretera. Se divide en tres partidos judiciales: Almazán, Burgo de Osma-Ciudad de Osma y Soria y comprende 183 municipios. Pertenece a la Comunidad Autónoma de Castilla y León, tiene Audiencia Provincial dependiente de la territorial de Burgos. Las localidades más importantes son: Agreda, Almazán, Berlanga de Duero, El Burgo de Osma, Medinaceli y San Esteban de Gormaz. HISTORIA.- En la época primitiva estaba habitada esta provincia por los pelendones, pueblo celtibero. Durante la dominación romana, algunos de los soldados de Viriato, el héroe lusitano, a la muerte del mismo, hallaron asilo en Numancia, ciudad ibérica que era capital de los pelendones, y con tal motivo Roma declaro la guerra a la ciudad, que la sostuvo briosamente a lo largo de catorce años, llegando a ser el terror de la Republica; los defensores ante el inhumano cerco de Escipión Emiliano, por no rendirse, incendiaron la población, arrojándose ellos mismos a la hoguera y dejando a los romanos las humeantes ruinas que aun se descubren a 7 kilómetros de Soria. Otro episodio bélico que tuvo también por escenario la tierra soriana fue (1002) la batalla de Calatañazor, en la que los cristianos derrotaron a Almanzor. Casi un siglo antes, en San Esteban de Gormaz, habia sido también derrotado el califa cordobés, Abd er Rahman III. Muchos nombres de poblaciones sorianas situadas junto al curso del Duero (Almazán, Langa, Berlanga, etc), se repiten con frecuencia en las crónicas de la Reconquista. Esta provincia, en la ruta del valle del Ebro al centro de la meseta castellana, tuvo fuerte intervención en la guerra de Sucesión y en la de la Independencia. En 1972 se le incorporaron a Soria los municipios de Oterruelos y Pedrajas. Es una población vetusta y de importancia medieval, como se ve por los numerosos blasones que adornan muchos edificios y casa particulares. El arte religioso tiene en ella notable representación, descollando entre sus monumentos el claustro románico de la colegiata de San Pedro, del siglo XII, la iglesia de San Juan de Rabanera; el extraño claustro de San Juan de Duero, obra de comienzos del siglo XIII, declarada monumento nacional y la portada de la iglesia de Santo Domingo, de estilo de transición del arte románico al ojival. Son dignos de citarse el suntuoso palacio de los condes de Gomara y el Museo Numantino, en el paseo del Espolón, donde pueden admirarse objetos de gran valor arqueológico procedentes de la antigua Numancia. A orillas del Duero, en las afueras, se halla la ermita de San Saturio (siglo XVIII). La ciudad es el centro de una provincia casi despoblada, con un intenso éxodo rural. Las funciones propias de una capital de provincia favorecen el predominio del sector servicios. En el industrial, sin apenas representación (empresas alimentarias, de la construcción y madera), destaca la creación en 1980 de polígonos industriales del Alto de San Francisco. En 1962, el arqueólogo español Teogenes Ortego descubrió unas sensacionales pinturas rupestres en el parque de Valonsadero, situado a 3 kilómetros de la capital, en cuyos abrigos rocosos encontró escenas naturalistas de caza, rebaños en domesticidad, figuras humanas, escenas de iniciación, símbolos religiosos, cabañas y utensilios, etc..., pintados a base de colores rojos. Estas pinturas parecen encontrarse con las halladas en las cordilleras meridionales y de la región extremeña. Es la sede abacial y tiene Gobierno Militar. Se atribuye su fundación a Alfonso I el Batallador. En 1136 paso a poder de Castilla. En 1710 fue reunido y reorganizado en Soria, el ejercito castellano vencido en Zaragoza, el cual instauro después en el trono a Felipe v. En la Guerra de la Independencia contra los franceses fue teatro de un glorioso hecho de armas. |