UN PASEO POR EXTREMADURA


Esta extensa e histórica comunidad situada "más allá del Duero", reúne una asombrosa combinación de monumentalidad y naturaleza. Tres líneas de sierras se abren paso cortando horizontalmente esta región de valles y dehesas. Sus bosques y parques naturales son refugio de especies protegidas. Las ciudades, con sus característicos cascos antiguos, tienen un encanto especial. Los monumentos más bellos de Extremadura, muchos de ellos magníficamente conservados, se agrupan en núcleos poblados desde muy antiguo. Algunos de los ejemplos arquitectónicos romanos más hermosos de España se encuentran en Mérida, que alberga el acueducto y el espléndido teatro y reúne en su maravilloso museo las mejores obras de arte que nos han llegado de aquélla civilización. En otros muchos lugares se conservan restos clásicos, como el notable templo tartesio de Cancho Ruano o el puente de Alcántara. En el museo de Badajoz se exponen diversos objetos arqueológicos procedentes de las excavaciones extremeñas. La ciudad de Cáceres ha sabido crecer en torno a su casco histórico amurallado y en sus calles sinuosas se mantienen intactas nobles mansiones. Trujillo, Zafra y Jerez de los Caballeros conservan barrios renacentistas y medievales; las catedrales de Plasencia, Coria y Badajoz guardan tesoros incalculables. Alburquerque y Olivenza defendieron heroicamente la frontera con sus murallas y fortalezas. Muchas de las catedrales y monasterios surgieron durante o después de la Reconquista, con el empuje de las ordenes militares o financiados con las riquezas procedentes del Nuevo Mundo, como el monasterio de Guadalupe, situado en las colinas orientales de Cáceres, el conjunto arquitectónico con más nexos transatlánticos de la región.

Extremadura es un paraíso para los amantes de la naturaleza y quienes quieran explorar nuevos caminos y descubrir los rincones más recónditos de las sierras y valles septentrionales de esta región, como el Parque Natural de Monfragüe, que ofrece cobijo a muchas especies protegidas. Los restos romanos extremeños son excepcionales, especialmente el conjunto de la ciudad de Mérida. El casco antiguo amurallado de Cáceres, con su bella judería, y los monasterios de Yuste y Guadalupe son algunos de los lugares que no se deben dejar de visitar. Al sur, las poblaciones templarías de Sierra Morena, como Jerez de los Caballeros, presentan un interesante caserío. Las ciudades históricas de Trujillo, Plasencia y Coria pueden servir de base para explorar la zona. Para viajar a Extremadura, la principal línea ferroviaria es la que une Madrid con Cáceres, Mérida y Badajoz. Suele resultar más practico viajar en coche, las principales carreteras son la autovía N-V, de Navalmoral de la Mata a Badajoz, que pasa por algunas de las principales poblaciones monumentales, y la N-630, que recorre de norte a sur las dos provincias de la comunidad. Hay transporte en autobús entre las principales poblaciones, aunque es menos frecuente en zonas como las sierras septentrionales.

LAS HURDES.-  Las montañas pizarrosas de las Hurdes, con sus colmenas y cabras monteses, pasaron a la memoria en la impactante película "Tierra sin pan", que rodó en 1932 Luis Buñuel. De aquella imagen cargada de mitos sólo permanecen sus laderas oscuras, los cauces de los ríos y las colinas en terrazas. Desde Pinofranqueado o Vegas de Coria se puede subir hasta los pintorescos pueblos negros de Batequilla, Fragosa o El Gasco, que se asientan sobre un volcán extinto. Más desarbolada, la zona de las Hurdes Bajas, cruzada por el río Hurdano y la carretera C-512, está salpicada de sitios de acampada y restaurantes donde se sirve cocina tradicional.

SIERRA DE GATA.-  En la sierra de Gata existen 40 pueblos situados entre olivares, huertos y antiguos molinos. La zona conserva su encanto campesino y se puede pasear por los caminos y admirar las artesanías locales, especialmente los encajes. En los pueblos de la zona baja, Valverde del Fresno o Acebo, aún se habla el dialecto de la zona, el varverdeiru. En la zona alta se conservan restos de fortalezas medievales en ciudades como Eljas, mientras Gata y Villamiel reúnen antiguas casas de granito que ostentan en la fachada los blasones de la familia.

HERVÁS.-  Situada en lo alto del amplio valle del Ambroz, Hervás es famosa por su antigua judería medieval de casas blanquísimas. Las callejas, salpicadas de tabernas y tiendas de artesanía, bajan hacia el río Ambroz. Junto a la plaza principal se encuentra el museo Pérez Comendador-Leroux, que lleva el nombre del famoso escultor y de su esposa, cuyas obras se exponen aquí. La ciudad siguiente, subiendo en dirección hacia el puerto de Bejar, es Baños de Montemayor; su nombre proviene de los manantiales sulfurosos, y cuenta con unos baños que se remontan a la época romana. Se recuperaron hacia 1900 y todos los veranos se abren al público. En Caparra, al suroeste de Hervás, se alza un arco romano de triunfo sobre la Vía de la Plata.

CORIA.-  En la antigua ciudad amurallada de Coria, que se asoma al río Alagón, destaca la catedral gótica y renacentista, de rica decoración plateresca, y frente a ella el palacio de los duques de Alba, un antiguo alcázar reformado en estilos gótico y renacentistas. La impresionante torre del castillo pertenece a las antiguas murallas, obra en parte musulmana y en parte medieval, que tienen cuatro puertas, dos de las cuales se remontan a la época romana. El día de San Juan, las puertas se cierran para el encierro nocturno. Bajo el casco antiguo está el puente Seco, de origen romano, que cruza el río.

PLASENCIA.-  Las murallas de Plasencia, de tonalidades grises y doradas se alzan a las orillas del río Jerte, amparadas tras una de sus curvas. Esta monumental ciudad cuenta con un famoso mercado, que data del siglo XII y se celebra los martes en la plaza Mayor. Cerca de allí se levantan las dos catedrales, englobadas dentro del mismo conjunto arquitectónico. La catedral nueva, del siglo XVI, posee un órgano barroco, también destaca la sillería del coro, tallada en madera. La catedral vieja, románica. tiene un interesante museo con obras de Ribera y una Biblia de finales del siglo XIV. En el cercano museo Etnográfico y Textil, instalado en un hospital del siglo XIV, se exponen trajes regionales y objetos artesanales de la zona. En el valle del Jerte existen recónditos lugares de gran belleza, como la garganta de los Infiernos, con unas imponentes cascadas.

MONASTERIO DE YUSTE.-  Carlos V se retiró en 1556 a este monasterio de la orden jerónima en Yuste, en el que murió dos años después. Destaca su sencillez y el sereno emplazamiento, en un bosque desde el que se domina una amplia panorámica del valle de la Vera. Se pueden visitar los claustros góticos y platerescos de la iglesia y el austero palacio. Muy cerca se encuentra Cuacos de Yuste, uno de los pueblos mejor preservados de la hermosísima comarca de la Vera.