EL BAIXO MIÑO


Tui esta en la frontera de Pontevedra con Portugal, río Miño por medio. Tiene estación de RENFE, y dista 36 kilómetros de Vigo por la A-52 hasta O Porriño, siguiendo  luego por la A-55.

TUI.-  Es una ciudad medieval emplazada en una colina desde la que se domina un buen tramo del río Miño. Fue arrasada por los árabes en dos ocasiones, y capital de provincia hasta 1833. Su catedral, en lo más alto y visible desde un amplio entorno, se construyo entres etapas a partir del año 1145. Posee el único claustro medieval en una catedral gallega y , sobre el resto de los elementos arquitectónicos, destaca el pórtico occidental, del siglo XIII. La fachada norte, 100 años anterior, llama la atención por su originalidad. Vale la pena visitar otros edificios civiles y religiosos, como el palacio de Pedro Madruga, reconvertido en sede de Hacienda, el monasterio de las Clarisas, en la Rùa das Monxas, y el templo de San Francisco. La iglesia de San Telmo, pegada a la catedral, es de estilo barroco portugués. Por su parte, el monasterio de Santo Domingo, declarado Monumento  Nacional, muestra un ábside gótico. En el extrarradio, en dirección a O Porriño, sobresale la capilla mayor de la iglesia de San Bartolomé, del siglo XI; frente a ella se alza un crucero de hace más de 200 años.

TOMIÑO.-  La ruta sigue la C-550, que bordea el río Miño y deja atrás la entrada a la autovía que conduce a O Porriño y Vigo y Valença do Miño (Portugal). En Areas, a 2 kilómetros de Tui, se encuentran la iglesia de Santa Mariña y su casa rectoral, ésta ultima muy bien reconstruida. Desde Areas o Torrón, una aldea situada algo más adelante, en la C-550, se toma una pista a la derecha para llegar al crucero e iglesia de San Salvador de Sobrada. El ábside alberga dos curiosas tumbas del siglo XIX. Y, sin apenas señales, hay que circular por varias pistas hacia el noroeste para alcanzar Pexegueiro. De lo que queda del que fuera monasterio románico, destacan el pórtico principal, con tres arquivoltas. El ábside fue rehecho por completo en el siglo XVIII por el obispo Castañón de Tui, lo que se recuerda con un enorme escudo. Regresando a la C-550, río Miño abajo, aparece señalizado a la derecha el desvío hacia Tomiño, a 2  kilómetros. En la villa, de factura moderna, el monumento principal es el crucero y la iglesia de Santa Maria, donde la portada es lo más interesante, junto con la torre barroca de tres cuerpos. Fue monasterio de benedictinas hasta el siglo XVII. Tomiño es buen punto de partida para rutas senderistas por la cercana sierra de Argallo o Lousado. En Figueiro, una parroquia de Tomiño, se levanta el santuario de San Campio de Lonxe. Para ir al santuario hay que desviarse a la derecha en el kilómetro 190,5 de la C-550 y continuar poco menos de un kilómetro por la nueva pista. El lugar se divisa desde lejos por sus dos torres gemelas del barroco portugués (1804). Al santuario acuden miles de romeros desde lonxe, de lejos, aunque también es conocido como San Campio do Monte, porque muchos de los caminantes cruzan los montes por viejos senderos. Hay posibilidad de comprar exvotos de todo tipo y ofrecérselos al santo para que, por su intercesión, el oferente o alguno de sus familiares se cure de una enfermedad cancerosa, reumática, nerviosa o mental. En el mismo lugar había antes una capilla en honor a San Antonio de Padua.

GOIÁN.-  Camino de Vilardematos y retomando aquí la C-550 hacia la derecha, se  llega a Goián, a 5 kilómetros de Tomiño. Dentro de la población hay un cruce que, a la izquierda, conduce al río Miño. Unos 100 metros antes de éste, en el lado opuesto, se alza el castillo de San Lourenzo. En coche es posible internarse 100 metros por la pista sin asfaltar y aparcarlo en una explanada, lo que implica caminar otro tanto por un sendero en mal estado. La fortaleza, que tuvo en su día 10 cañones apuntando hacia Portugal, está abandonada y llena de vegetación. En las cercanías hay una playa fluvial muy frecuentada en verano. La iglesia de Goián es de estilo barroco con clara influencia portuguesa.

SAN MIGUEL DE TABAGÓN Y O ROSAL.-  A 4 kilómetros de Goián se encuentra en la C-550. Merece la pena detenerse en su calvario de A Portela, en medio  de un mirador sobre el río Miño. Teniendo en cuenta que el mirador está al otro lado de la carretera y en una curva, lo mejor es continuar 150 metros hasta poder dar la vuelta con el coche y retroceder después para disfrutar con tranquilidad de las vistas. Hay una magnifica casa de indianos un poco después, a la derecha. Desde San Miguel de Tabagón, el viaje continua por una desviación que arranca a la derecha y conduce, en 3 kilómetros, a O Rosal, capital de una pequeña comarca donde se produce un vino de selecta calidad. En la zona abundan los típicos cruceros construidos en granito. Tras regresar a la carretera principal y seguir 1 kilómetro río adelante, a la altura del cartel que anuncia la parroquia de Salcidos, 1,7 kilómetros antes de A Guarda, se gira a la izquierda y, tras dejar atrás la muy bien cuidada iglesia de San Lourenzo, que se halla 200 metros después de dicho cartel, la ruta se interna en la aldea de Salcidos. Hay que girar a la izquierda por la primera pista de tierra y llegar a un observatorio de aves. Ante la nula señalización, el camping que se ve puede servir de referencia. Más adelante está el edificio en el que los jesuitas tuvieron su centro gallego de estudio y reflexión. A continuación aparecen las arenas de Camposancos, playa que es también un yacimiento arqueológico del que se extrajeron en su día restos humanos del paleolítico. Las aguas  suelen tener fuertes corrientes.

A GUARDA.-  Tras rodear el monte Santa Tecla, la carretera remata en A Guarda, con el monumento al Pescador en su puerto. La torre del Reloj, mandada erigir por el obispo Torquemada, y la iglesia parroquial son del siglo XVI. Una calle, llamada Os Malteses, recuerda a los fundadores de la capital. Para los más pequeños, está el parque Cancelón y su área recreativa. El monte Santa Tecla, de acceso bien señalizado, fue declarado Bien de Interés Cultural por albergar un enorme castro, excavado en buena parte desde 1914. Fue habilitado desde el siglo II antes de Cristo hasta el siglo II después de Cristo. Aunque no siempre es fácil descubrirlos de un vistazo, el yacimiento también cuenta con grabados rupestres. Se puede visitar una casa prerromana reconstruida, y hay un museo con cerámica, fíbulas de bronce, esvásticas, etc. En la parte superior del monte se alza la capilla de Santa Tecla, patrona del Baixo Miño. Desde la parte baja arranca un monumental Vía-Crucis.