TIERRAS ALTAS DE MURCIA
CEHEGÍN.- Conserva
uno de los cascos antiguos más interesantes de Murcia. Fue fundado sobre el
cerro del Puntarrón, en torno a una antigua atalaya árabe, de cuyos muros aun
pueden verse restos en la plaza de la Constitución, que ocupa la parte alta de CARAVACA DE LA CRUZ.-
Solo 7 kilómetros separan Cehegín de Caravaca de la Cruz, villa templaría y
medieval que creció al amparo del enorme castillo y sobre todo, de su santuario
en el interior de la fortaleza, donde la tradición sitúa a dos ángeles MORATALLA.- Desde Caravaca de
la Cruz se sigue por la C-415. A 14 kilómetros aparece Moratalla. El sabor de
la localidad radica en ese tipismo de los pueblos serranos, de calles angostas y
empinadas, donde la vida discurre a un ritmo sosegadamente humano. Es destacable
todo el entramado urbano, además del castillo de la orden de Santiago, del
siglo XV, la iglesia de la Asunción, con trazas renacentistas, del siglo XVI y
el convento de San Francisco, de la misma época. Moratalla es destino habitual
de fin de semana para miles de murcianos por el atractivo SIERRAS DE
MORATALLA.- Desde Moratalla, la estrecha MU-703 se interna hacia el Campo de San Juan y la pedania
de El Sabinar, cuyo nombre habla de la abundante sabina albar que conserva.
Otras pequeñas aldeas y pedanias animan estas sierras del extremo noroeste de
Murcia: Calar de la Santa, al pie del pico de Villafuente; Bagil, un cortijo
rodeado de un paisaje espectacular; o Benizar, del que destaca la situación de
su castillo. Casi en el limite con Albacete se eleva el pico Revolcadores, el
más alto de la región. Desde El Sabinar se sale por Benizar a la C-3211 para
buscar, 14 kilómetros después la desviación que por la izquierda lleva hasta
el embalse de el Cenajo. CALASPARRA Y EL CAÑÓN DE LOS ALMADENES.- S e llega desandando el trayecto anterior hasta conectar de nuevo con la MU-510, se enorgullece de su arroz, único con denominación de origen, cuya calidad y fama se debe a su proceso de cultivo, en cotas de media montaña, a 1000 metros de altitud, y con un sistema de riego único, que permite la recirculación de las aguas frescas y limpias del Segura. De la localidad destaca la torre de la Encomienda, antiguo posito del siglo XVIII, que ahora alberga el Museo Arqueológico, el Molinico, edificación medieval con portada renacentista, el acueducto romano del paraje de la Rambla; la torre del Reloj, en la calle Mayor, de 1718; y el santuario de la Esperanza, en las afueras de la localidad. El cañón de los Almadenes encaja al Segura entre Calasparra y Cieza. Se puede descender en balsas, que parten de las cercanías de la venta Reales y terminan en la presa de la Mulata. Cerca de la misma venta se encuentra la boca de la cueva del Puerto, acondicionada para las visitas.
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