SIERRA DE ABODI-BOSQUE DE IRATI 2
Para tomar el primer contacto con
la selva de Irati hay que circular por el mal camino de tierra que sale de
las Fábricas, cuidado con los bajos del coche, y se adentra en el
corazón mismo del mejor y más extenso hayedo de la península (6520 hectáreas).
Lo mejor que puede hacer es dejar el vehículo en el paraje de Arrazola y
después un paseito hasta el embalse. La pista pasa por las casas de
Arrazola y durante unos metros acompaña al sendero de gran La niebla es otro elemento indispensable del
paisaje de Irati, que ha dado lugar a múltiples leyendas que han bañado
este excepcional lugar. Desde el deshabitado poblado de Casas de Irati
parte una pista que sube hasta la reserva integral de Lizardoia, un
reducido bosque de 20 hectáreas formado por hayas y abetos que permanece
ajeno a la mano del hombre y que forma parte de esas escuelas botánicas
instaladas al aire libre por el gobierno navarro en diferentes puntos de
la Comunidad Foral con el nombre de reservas. Un paseo por estos espacios
naturales son la mejor lección para aprender de la naturaleza y de sus
comportamientos al margen de la acción del hombre. Otro lugar de interés
por su Ochagavía, a pesar de ser la capital de todo el valle de Salazar, es una pequeña población separada por las aguas de los ríos Anduña y Zotoya, que al juntarse en este lugar forman el Salazar. Todo el casco urbano presenta un encantador trazado con casas blasonadas, calles empinadas y puentes que salvan las frías aguas pirenaicas. Dentro del caserío hay que acercarse al templo de San Juan Bautista, de cierto aire medieval, y fuera es de obligada visita el santuario de la Virgen de Muskilda, posiblemente levantado en el siglo XII, enclavado en un privilegiado escenario natural. En este punto hay que tomar la comarcal NA-140 hasta Isaba, puerta de entrada al valle de Roncal. Izalzu es el primer caserío que aparece antes de llegar al cruce de la carretera que lleva a la localidad francesa de Larrau, precioso pueblo que merece la pena conocer si se dispone de tiempo. Además el camino ofrece una gama de posibilidades muy amplia de panoramas y excursiones. En el Collado Ollokia se puede practicar esquí de fondo, poco antes del kilómetro 7, y desde el alto de Larrau se contemplan unos paisajes excelentes de la sierra de Abodi, del valle de Roncal y de los bosques franceses. Justo en este punto se inicia la excursión al monte Ori, ese picacho entre tinieblas que sobresale desde cualquier punto de la carretera entre Orbaiceta y Ochagavía. De vuelta a la ruta principal nos encontramos
con otro buen mirador natural, el portillo de Lázar, punto de división
de los valles de Salazar y Roncal. Antes de llegar a Uztarroz, la
carretera se adentra en la belleza que describen los barrancos de Tropo,
Doronjuane, Uztárroz, Burquiarte, una pista que sale a la izquierda,
cerca del kilómetro 4, sirve de entrada, Oterrea, Anzagarreta y
Mendibetza. Uztárroz es el primer caserío del valle del Roncal y ruta de
partida para conocer las excelencias paisajísticas de la Foz de Mintxate, El final de la ruta se encuentra en la localidad que bautiza el valle, la villa de Roncal, bañada por varios arroyos, cubierta por bosques de pinos y con interesantes edificios, como la iglesia de San Esteban, la Casa-museo de Juntas, con una importante colección de trajes típicos, y un monumento funerario que recuerda al hijo más ilustre de la villa, el tenor Julián Gayarre, obra de Mariano Benlliure y que se puede visitar en el cementerio municipal. Tanto Isaba como Roncal son villas bañadas por las aguas del Ezca, río de permanente corriente que hasta hace unas décadas era utilizado como vía de comunicación para transportar la abundante madera de los bosques navarros a través de las almadías. Este método de aprovechar los cauces fluviales para el transporte de troncos ya lo vimos en la ruta del Alto Tajo. Para regresar de nuevo a casa hay que continuar la misma carretera hasta el enlace con la N-240 ( Tarragona-San Sebastián-Bilbao), junto al embalse de Yesa, que recoge las aguas del Ezca y Aragón. |