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Montañas suaves y costas
bañadas por el Cantábrico conforman el País Vasco, suelo de un pueblo de
antiguos orígenes. Atrapado entre la escarpada costa cantábrica y la
depresión del Ebro, el País Vasco presenta acusados contrastes entre los
núcleos industriales, asentados en los valles, y las zonas montañosas
cubiertas de bosques y pastos y sembradas de caseríos. Las particularidades de
la cultura autóctona, en la que el euskera, la lengua vasca, tiene un
importante peso, la belleza del paisaje y la calidad de la gastronomía son
otros tantos atractivos de los que el viajero puede disfrutar. Estos territorios
verdes y montañosos presentan múltiples atractivos. Calas rocosas, rías y
amplias bahías con playas de fina arena dorada interrumpen la línea del
litoral acantilado del País Vasco, salpicado de pueblos pesqueros. Tierra
adentro, las carreteras secundarias serpean por colinas arboladas, valles y
quebradas con ermitas solitarias y caseríos perdidos. Gran parte de la región
está enlazada por autopistas. La A-8 discurre entre Irún y Bilbao y se
prolonga hasta Santander. La A-68 sale de Bilbao hacia el sur y sigue el valle
del Ebro, pasillo natural de las comunicaciones este-oeste de la región.
BILBAO.- Es el centro de
la industria vasca, el principal puerto comercial de España y la mayor de las
ciudades vascas. Rodeada de altas y peladas colinas, los municipios del llamado
Gran Bilbao se extienden 16 kilómetros por el río Nervión hasta su estuario.
Entre Las Arenas y Portugalete, el río se cruza por el puente colgante,
suspendido de un cable de hierro y construido en 1893; tiene una cabina para
coches y pasajeros. En la orilla este del estuario queda Santurtzi (Santurce),
importante puerto pesquero, industrial y de pasajeros. El florecimiento
industrial de Bilbao data de mediados del siglo XIX, cuando comenzó a extraerse
hierro de las minas del noroeste. Pronto las acerías y las fabricas de productos
químicos pasaron a formar parte del paisaje bilbaíno. La prosperidad
de esta ciudad, que se revela en el ensanche decimonónico y en barrios
residenciales como Neguri, presenta su otra cara en los barrios industriales que
la rodean. Entre sus más recientes realizaciones urbanas se cuenta una nueva
red de metro y el museo Guggenheim de Arte Moderno. El aeropuerto y el puerto se
ampliaran en fecha próxima. El casco viejo, junto al río, construido en el
siglo XIV, es el barrio más interesante. Aquí, entre animadas callejas
tasqueras, se sitúa la porticada plaza Nueva y la catedral basílica de
Santiago. En el museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico Vasco se expone
arte, artesanía, fotografías y escenas que reproducen la vida en el País
Vasco. En el claustro se halla el ídolo de Mikeldi, una talla que se remonta a
los siglos III-II antes de Cristo. Junto al puente de Deusto se levanta el museo
de Bellas Artes, una de las mejores pinacotecas españolas. Su colección abarca
desde obras maestras catalanas del siglo XII hasta telas de artistas modernos de
fama internacional como Vasarely, Kokoschka, Bacon, Delaunay y Léger. La
pintura española está representada, entre otros por Murillo, Zurbarán, el
Greco, tres Goyas y el hermoso San Sebastián de Ribera; hay también varias
salas dedicadas a artistas vascos. Al oeste de la ciudad, una carretera y un teleférico
suben hasta el pueblo de La Reineta, en plena antigua zona minera, desde donde
se divisa una amplia panorámica de la ciudad y el muelle viejo. En la ribera
este del estuario está Algorta, centro playero con bonitas villas de recreo.
GERNIKA-LUMO.- Esta
localidad posee gran importancia simbólica para los vascos. Durante siglos, al
pie de un roble, se reunían aquí las juntas que gobernaban las anteiglesias y
villas de Vizcaya. El 26 de abril de 1937, día de mercado, Guernica fue el
objetivo del primer bombardeo devastador de la historia, ejecutado por la
aviación nazi a instancias de Franco. El impresionante cuadro de Picasso que
ilustra esta infamia puede verse en Madrid. La ciudad actual, agradable y
cuidada, acusa los efectos de la reconstrucción; en un jardín guardado dentro
de un templete circular, se puede ver el tronco petrificado de un roble: el
Gernikako Arbola (Árbol de Gernika), símbolo de las antiguas tradiciones del
pueblo vasco. Junto a éste se levanta un roble más joven, sucesor de aquel,
plantado en el año 1870. El núcleo de la cercana Casa de Juntas es la iglesia
juradera de Nuestra Señora la Antigua, una capilla donde se reúne la
diputación foral de Vizcaya desde 1979, año en que el País Vasco obtuvo su autonomía.
En una de las salas, una vidriera muestra el Árbol de Gernika y en torno a él
una asamblea de ciudadanos vascos debatiendo sobre sus derechos. El vecino
parque de los Pueblos de Europa tiene grupos escultóricos de Henry Moore y
Eduardo Chillida. A 5 kilómetros al noreste de Gernika, cerca de Kortezubi,
están las cuevas de Santimamiñe, descubiertas en 1917. En las paredes de una
pequeña cámara se ven dibujos de bisontes y otros animales debidos a cavernícolas
de la época Cro-Magnon que vivieron hacia el 11.000 antes de Cristo. Una guía
lleva a los visitantes por la Galería Larga, un pasadizo subterráneo lleno de
estalagmitas y estalactitas de formas caprichosas y brillantes colores. Casi
todas las restantes cuevas de la zona están cerradas al público.
COSTA VASCA.- En los 176 kilómetros
del litoral vasco, los acantilados alternan con las calas sobre un fondo de
boscosas colinas. En algunos pueblos de pescadores se aprecian los excesos urbanísticos,
pero el interior es de gran belleza. Hay buenas playas al norte de Algorta,
localidad cercana a Bilbao. Plentzia, con un puerto deportivo, se asienta en un
estuario. Al este queda Bakio, pueblo pesquero famoso también por sus playas. A
su espalda corre la BI-3101, una carretera al borde de la cornisa desde la que
se domina el santuario de San Juan de Gaztelugatze y el faro del cabo Matxitxako.
Esta carretera pasa por Bermeo, donde está el museo del Pescador, y Mundaka, un
apreciado centro de surfing. En la desembocadura de la ría de Gernika hay dos
playas de arena: Laida y Laga. Lekeitio, puerto pesquero del este, tiene playa y
un bonito litoral; antiguas casas de estilo vasco se alinean a los pies de la
iglesia gótica de Santa María, del siglo XV. La larga playa de Santurrarán,
estupenda para el baño, se encuentra junto al puerto de Ondarroa. La carretera panorámica
que discurre entre Lekeitio y Ondarroa está bordeada de pinos. Zumaia es un
centro de veraneo con un buen casco antiguo. En el museo de Ignacio Zulloaga,
ubicado en la casa del celebre pintor vasco (1870-1945), se exponen muchas obras
suyas, entre las que abundan las de tema rural y marinero. Getaria, es un puerto
con animados cafés y en ella se ubica la iglesia de San Salvador, del siglo XV.
Zarautz, que se puso de moda como centro de veraneo ya en el siglo pasado, tiene
espaciosas playas y elegantes mansiones.
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