SIERRA DE AITANA Y VALLE DE GUADALEST 1
Resulta sorprendente que este
maravilloso espacio, ya se ha solicitado la figura de parque natural, sea
más conocido y nombrado en Europa ( Alemania, Francia o Reino Unido) que
en España e incluso que en la comunidad Valenciana. No se entiende
todavía como la sierra de Aitana y alrededores ( sierras de Aixorta,
Bernia, Serrella, Carrascal de Parcent, Cortina y La mejor forma de visitar este escenario es
tomar la obra del alicantino Gabriel Miró como manual de viaje y
acercarse a cualquiera de las localidades de Alcoy, Altea, Benidorm,
Villajoyosa o Alfaz del Pi que se localizan en los ángulos del irregular
triangulo que forma Alcoy se encuentra enclavada en un hoyo y su
casco urbano ha ido trepando por las laderas hasta configurar un paisaje
de empinadas calles de traza medieval. Las plazas de España y Mayor, el
Ayuntamiento, las placetas del Carbó, San Miguel y dels Civils, Santa
María, la iglesia parroquial de Santa María y los museos Arqueológico
Municipal Camilo Visedo y el Casal de Sant Jordi, son los principales
rincones de la ciudad. En este último se guardan los recuerdos de una de
las fiestas más tradicionales y populares del calendario nacional, la de
Moros y Cristianos, que tienen lugar del 22 al 24 de abril. los actos
recuerdan la batalla del Barranco que enfrentó a ambos ejércitos en 1275
y terminó con la hegemonía musulmana. los actos constituyen todo un
acontecimiento lúdico-festivo para las gentes de la comarca, que Alcoy hay que abandonarla por la carretera de Callosa d'Ensarriá eje central de la ruta, que finaliza en la costa Blanca. pasado el pueblecito de Benilloba, aquí la mayoría de los pueblos tienen nombre árabe, con interesante iglesia del siglo XVI y acueducto romano, aparece el desvío a Gorga, una de las entradas para recorrer el valle del Guadalest. Es una pequeña localidad que celebra sus fiestas patronales el primer domingo de septiembre en honor a la Virgen de Gracia, hay que enlazar con la tortuosa carretera que repasa el perfil norte de la sierra de Serrella y pasa por Balones, Benimasot, tollos, Facheca, Castell de Castells y Tárbena. Se trata de una zona adornada de almendros, naranjos y terrazas que la mano del hombre ha preparado para sacarle beneficio a estas tierras. En Castell de Castells, castillo de castillos, puede probar los ricos embutidos de la tierra y acercarse a la cueva del Somo, a la peña de Castellet y a innumerables rincones más que los del pueblo le aconsejarán ( Fonts de los Tejos, la Bota y de la Libertat, el Arcs y pinturas rupestres de Petracos). Tárbena como la mayoría de las poblaciones de Aitana, fue tierra de árabes y después de mallorquines, quienes la repoblaron e introdujeron uno de sus platos más peculiares, la sobrasada. En el pueblo recomiendan comprar la de casa Pinet, la más rica, dicen. Gabriel Miró puso sus ojos y su pluma en esta localidad, hasta es posible que probara el popular embutido, y comentó lo siguiente sobre la grandeza del paisaje: "Encima de los macizos de las sierras, tan alta que, en los huertos apacibles de abajo, en los valles con aire de mar, se pronuncia Tárbena levantando mucho los ojos". Bonita descripción para dar a conocer el
encanto que encierra la comarca de la Marina Baixa. Aquí puede visitar el
coll de Rates, las cuevas de Dalt y de las Letras y el barranco Tancat.
Una vez "saboreadas" las excelencias de Tárbena nos espera otro
de los detalles naturales de la ruta, las fuentes del río Algar, pasado
el pueblo de Bolulla y poco antes de entrar en la localidad de Callosa. El
desvío se encuentra a la izquierda de la carretera y se trata del llamado
nacimiento o fuentes del Algar, uno de los parajes más singulares y
bellos de la provincia. El río forma una hermosa cascada que es
aprovechada en verano por muchos vecinos de las localidades más próximas
para huir de los calores del Mediterráneo y darse Callosa d'Ensarriá o d'En Sarrià vive del níspero, ese áspero fruto, típico del verano, introducido en los años 60 por un vecino del pueblo que trajo el invento desde la ciudad argelina de Orán. Y ahora, después de tres décadas o más, el municipio se ha convertido en el principal centro abastecedor de toda España. Pero también vive del limón, la naranja, el "perellons", una extraña mezcla de manzana y pera, y de muchas más frutas de temporada. De Callosa dijo nuestro compañero de viaje, Gabriel Miró, que " es pueblo moreno, acortezado, encima de una hoyada verde, como si fuese una mata inmensa de calabazar maduro, que cuelga en la peña el montón de fruto carnoso". Evidentemente, cuando el narrador alicantino hizo esta descripción todavía no había llegado la industria del níspero al pueblo. Antes de marcharse repase su casco urbano, la Casa Consistorial y la iglesia de San Juan Bautista, de sobria y amplia fachada. Después hay que hacer un pequeño desvío y tomar la carretera hasta Polop, a 8 kilómetros de las playas de Altea. Polop es otro pueblo blanco, inmaculado, rico en aguas, con calles que suben hasta la iglesia primero y el cementerio después, el mejor punto de observación, no sólo de la localidad, sino de esta parte de la ruta, llamado por el autor de el Obispo leproso, "huerto de cruces". por estos lugares se tiene la costumbre de enterrar a los familiares en lo más alto de los pueblos, junto a los restos de alguna fortaleza, como sucede en este caso. Y la verdad es que el emplazamiento se agradece. |